YO SOY
BELGA
Hoy, ahora,
estos días; yo soy belga…y europeo. Más que nunca. Y si todos fuimos franceses
la anterior vez, y si antes todos fuimos ‘Charlie Hebdo’; ahora no es para
menos. Esta ha sido y es por desgracia, otra de las ocasiones en que somos y nos
sentimos europeos, que sentimos que
formamos parte del pueblo europeo, que sentimos que Europa existe y que es algo
muy grande. Frente al euroescepticismo de carácter monetario-financiero
básicamente, hoy, a pocos días de los atentados en el corazón de ese gran estado
o estado de naciones que es la
UE, prevalece y debe prevalecer, el europeísmo solidario y
fraterno con las víctimas y con el pueblo belga, que forma parte del pueblo
europeo. El epicentro de Europa, Bruselas, se tiñó de sangre, en un duro golpe
al lugar desde donde se nos administra y gobierna, desde donde se nos legisla y
desde donde se nos conceden normas o directrices y también subvenciones o ayudas
económicas.
Lamentablemente, muertos y heridos
mediante, esta resultó una de las ocasiones en que el europeísmo se ha unido, se
ha refuerzado, se ha organizado contra la amenaza del fanatismo y del terror.
Los principios sociales universales (originariamente europeos, más
concretamente, revolucionarios franceses) de la libertad, la igualdad y la
fraternidad, han cobrado estos días más vida y sentido. Principios que se
originaron contra el despotismo, la extorsión, la injusticia y la tiranía; han
de ser contrapuestos para vencer a otro tipo de despotismo y a otra clase de
tiranía: el terrorismo. Pero hay que hacerlo todos unidos en una misma dirección
y coordinados: ciudadanos, políticos, militares y policías de toda Europa. Porque toda Europa sin excepciones está
amenazada.
Pésame sentido y solidario a
Bélgica, país con el que tenemos además, lazos históricos y sentimentales. Dolor
por el horror. Comprensión, pena, compasión. Deseo de justicia pero sin Ley de
Talión, que la violencia genera más violencia, luchar con las herramientas
legales al alcance: coordinación política, conjunta actividad policial, uniforme
acción judicial, leyes penales o criminales, control fronterizo, rigurosidad
administrativa, investigación y seguimiento personalizados, espionaje, diplomacia…
Ahora, todos somos europeos…todos
somos belgas. Debemos seguir siéndolo y no olvidar. Todos somos belgas.Y yo, el
primero. Yo soy belga, ¿y tú?
Josep
Esteve Rico Sogorb
Ciberperiodista, blogger