La exposición de Sixto Marco
He visitado en Elche, la Casa de la Festa, donde se muestra la exposición visual “El Fill
del Tró”. Una exposición en homenaje a la efeméride que este año se
cumple: el centenario del nacimiento de Sixto Marco. La muestra es más
cartelística y fotográfica que pictórica, ya que la mayoría de sus
elementos son fotos, paneles, displays, carátulas y carteles con algún
que otro esporádico dibujo y algún aislado cuadro de este personaje
célebre y pintor afamado que fue Sixto Marco.
Me esperaba más y mejor. No es que la exposición esté mal, es que
resulta insuficiente, poca cosa. Lo cierto es que causa una pobre y
desangelada impresión. Lo más destacado y positivo de la muestra son las
fotos de Sixto como San Juan y futbolista, litografiadas sobre displays
de cartón a tamaño real, lo que verdaderamente impacta. A la entrada, y
ante la escalera, una mesita con folletos explicativos y frente a ella
Sixto como Sant Joan, invitando a descubrir el resto de la exposición,
si bien un cartel con una flecha indicando que se encuentra en la
primera habría sido de agradecer. Lo digo para no estar preguntando
constantemente al bueno de Cotes, conserje de la Casa de la Festa y
cantor del Misteri.
Cruzado el último peldaño de la escalera en la primera planta, la
vista hace un repaso del lugar. Al frente una foto grandísima con
imágenes de diversos momentos de Sixto a lo largo de su vida como su
boda con la primera esposa. A la derecha junto a la escalera, el
gigantesco display de cartón de Sixto futbolista. Al fondo, a la
derecha, junto al ascensor, tras un estrecho y corto pasillo, una pared
final presenta el cartel de esta exposición titulada “El Fill del Tró”.
En el centro de la primera planta está el recuadro o hueco interior
que forma el pasamanos de la escalera. Si giramos la cabeza como un
periscopio, la vista detecta en las paredes la presencia de algunas
pinturas y algunos dibujos de Sixto entremezclados con cuadros que
pertenecen al lugar desde hace años, que son del Misteri, de la Casa de
la Festa, y que no tienen nada o poco que ver con Sixto Marco ni con
esta exposición; como por ejemplo, el grabado donde se ven la tramoya
barroca y la cúpula de Santa María. Es decir, que las escasas obras de
Sixto que se han incluido en la exposición, además de ser pocas (Sixto
Marco se merece más cantidad de obras, una muestra más completa e
integral, como cualquier pintor realiza en cada exposición) siguen un
orden desordenado, esporádico, incoherente, discontínuo, a trompicones, a
salto de mata. Cuesta descubrir qué obra es de Sixto (de esta
exposición) y cual es de la Casa de la Festa, del Misteri. Están todas
ellas intercaladas en secuencias ilógicas, y la vista nos da bandazos.
La Casa de la Festa, en su primera planta tiene otra sala donde se
han hecho exposiciones de pintores locales. Una sala más adecuada que el
rellano de la escalera frente al ascensor y al recuadro o hueco
interior. Recuerdo la muestra que sobre el Misteri y la Venida expuso en
esta sala la pintora ilicitana Lola Martínez Lorenzo, por citar algún
ejemplo. Toda coherente, ordenada, correlativa con sus cuadros en las
paredes colocados en un recorrido visual contínuo y seguido,
concatenado.
Sixto se merecía algo más, algo así como que esta exposición “El Fill del Tró” en
homenaje al centenario de su nacimiento y como repaso a su vida y obra
se hubiera instalado en esta sala y no en el rellano de la escalera de
la primera planta junto al ascensor. Pero sobre todo, Sixto Marco se
merecía una exposición de una numerosa colección completa y variada de
su obra artística, no solo de la parte de ella que dedicó al Misteri,
sino de todo su extenso y amplio curriculum tanto en pintura y dibujo
como en escultura.
Eso sí, disfruté con los enormes displays de Sixto futbolista y
cantor. Me gustaron. Y también me agradó la foto grande de su boda. Son
los aspectos positivos de la exposición.
Puede que les resultara imposible a los organizadores conseguir para
esta muestra muchos más cuadros y de temática más variada o amplia. Si
es así, lo entiendo, lo disculpo y me conformo con lo que se ofrece,
aunque me parezca poca cosa, pues me quedé con ganas de más. Pero es
mejor poco que nada, ¿verdad?
Por Josep Esteve Rico Sogorb
(Publicado en diario elche news)