¡¡Qué paguen más quienes más ganen!!
(No a la subida de la cotización mínima al pequeño y sufrido autónomo)
José Luis Escrivá, ministro de
Seguridad Social, ha vuelto a liarla. Este tecnócrata y burócrata del Gobierno
viene actuando sin principios ideológicos desde el primer día que ocupó la
cartera ministerial, lo que choca con los comportamientos más o menos
socializadores del resto de compañeros ministros de un Ejecutivo que se supone
progresista, socialdemócrata y moderado. Uno no sabe cómo encasillar a Escrivá
a tenor de algunas de sus polémicas propuestas, si en la izquierda, en el
liberalismo centrista o en la derecha conservadora debido a sus constantes idas
y venidas, a sus contradicciones, a desdecirse, a eso tan español que llamamos
"recular". Muchas de sus propuestas son más propias del
conservadurismo que del progresismo socializador presumiblemente sensible con
quienes menos tienen. Por ello, no han sido de extrañar los encontronazos
y la disparidad de criterios o posiciones con otros ministerios y sus titulares,
sobre todo con los que ostenta Podemos, partido socio de la coalición
gubernamental situado más a la izquierda que el PSOE. Si Escrivá tensaba
la soga al cuello de los autónomos con propuestas endurecedoras, Yolanda Díaz,
ministra de Trabajo, intentaba suavizar y aliviar el ahogo sobre el colectivo
autónomo (el más castigado fiscalmente y desamparado de todos los grupos
laborales) oponiéndose a ellas y manifestándose a favor de que los que menos
ganan, paguen menos, y de que quienes más ingresos tienen, coticen mucho más a
la Seguridad Social.
Recientemente, el ministro Escrivá se
ha empeñado en convertir a los pequeños trabajadores autónomos que menos
ingresan, en carne de cañón, para que paguen el pato del déficit presupuestario
de la Seguridad Social, ofreciendo subir la cotización mínima de 183,6
euros (que quedó fijada con esta cifra en la anterior propuesta de reforma) a
214,2 euros en esta nueva oferta. Si ya produjo malestar, rechazo y oposición
de las asociaciones profesionales de autónomos muy beligerantes con el ministro
la anterior propuesta inicial de 183,6 euros, la reciente de 214, 2 euros ha
provocado todavía mayores críticas contrarias a tal incremento en la cotización
mínima de los autónomos que menos ganan.
Según el ministerio, este incremento
sería para mejorar la protección social del colectivo. ¿A costa de qué?
La protección social, es decir, ampliar las coberturas sanitarias, las
prestaciones por desempleo y las pensiones de jubilación; está bien en teoría.
Pero si para lograrlo hay que penalizar y gravar fiscalmente al porcentaje de
pequeños autónomos (artesanos, manufactureros, profesionales...) que ganan
menos de 900 o 1000 euros al mes (entre 700 y 1.500 dice el ministerio) y que
apenas pueden llegar a final de mes (algunos reciben asistencia de Cáritas),
que casi no les llega para abonar las facturas de luz ahora que está tan cara, que
sufren falta de abastecimiento y suministro de materias primas, que padecen
exageradas subidas de precio de coste de las materias primas, que han de soportar largas demoras en el transporte
que también se ha encarecido enormemente (asunto contenedores que vienen del
extranjero), que no pueden contratar empleados ni pagar sueldos a pesar de las
mejoras contractuales de la nueva reforma laboral, que tienen que estar solos,
que los alquileres tan caros de los locales de sus negocios se comen la mayor
parte de los ingresos, que apenas pueden mantener vehículo de empresa y abonar
la gasolina que está por las nubes, que incluso no pueden acceder a varios
tipos de ayudas y subvenciones gubernamentales por falta de liquidez o carencia
de requisitos que se les exige para solicitar tales ayudas, que no pueden
deducirse del IRPF un montón de gastos que sobrecargan sus economías, que no
pueden invertir en ampliar y mejorar sus negocios, etcétera...pues NO. Blanco y
en botella. Más claro que el agua. A costa de estos precarios pequeños
autónomos, NO.
Siempre se ha dicho que paguen más
impuestos y coticen más aquellos que ganen, ingresen y facturen más. Es de
cajón. Cuadrado. De sentido común. Es lógico. Lo contrario, que es lo que el
ministro Escrivá propone es, ahogar al débil. Y esto no es una política
socialista sino todo lo contrario.
Llevan razón ATA (asociación de
trabajadores autónomos de España) y su federación estatal en señalar que aunque
el incremento inicial de la cotización ya era injusto y elevado para los
autónomos pequeños, la nueva propuesta cotizadora es aún más injusta y abusiva,
pero que el quid de la cuestión no está en la cuota mínima ni en sus
incrementos y tampoco en los tramos de rendimientos de los autónomos que el
ministerio ha fijado proponiendo pasar de 13 a 11 (podrían ser menos o
más) sino en la matización concreta, real y exacta de los verdaderos
ingresos a la hora de fijar dichos tramos. Vamos, que esto es entendible para
cualquiera. Que el problema está en los ingresos reales: en cómo controlarlos,
regularlos, detectarlos, registrarlos sin que haya fraude alguno o manipulación
(es muy español eso "hecha la ley hecha la trampa" para pagar lo
menos posible a Hacienda y a la Seguridad Social).
Asimismo, el ministro parece olvidar
que no todos los autónomos ganan igual. En este colectivo hay quienes apenas
pueden comer para sobrevivir manteniendo con mucho esfuerzo sus negocios e
ingresan entre 500 y 900 euros. Este porcentaje de pequeños autónomos son
mayoría en el colectivo y son mayoría dentro de la sufrida clase media. Luego,
en minoría están quienes ingresan mucho, ganando incluso miles de euros y
llevando un tren de vida más propio de una PYME que de un trabajador autónomo
unipersonal. No es justo que aquellos paguen más con la excusa de que es
para mejorar su protección social. Si el afán es recaudatorio para la Seguridad
Social y esta necesita hacer caja y salir del déficit presupuestario; que no
sea a costa de los pequeños autónomos sino de los grandes que "haberlos
haylos". Subiéndoles las cotizaciones a estos, la Seguridad Social
recaudaría muchísimo más. A los grandes y "gordos" autónomos que
facturan miles y millones, no les importará aumentar su aportación a mantener
el sistema, estoy seguro.
ATA revela que muchos autónomos tienen
gastos que les ahogan económicamente y que Hacienda no les permite deducir del
IRPF. Esto les hace vulnerables siendo del
colectivo los más afectados y perjudicados ya que se quedarían fuera del nuevo cálculo
de cotización y de tramos que el ministerio propone. Y se trata de los pequeños
autónomos, de aquellos que apenas llegan a final de mes. Es injusto. ATA
asegura que la oferta o propuesta ministerial está basada en datos fiscales de
Hacienda, del IRPF, datos que no recogen información real de la totalidad de
autónomos sino solo de una mínima parte: el 40 %. Así pues, no están todos los
que son, ni son todos los que están.
Cuando las sucesivas propuestas
ministeriales causaron y provocan tantos rechazos, oposición y críticas, por
algo será. Precisamente, el anterior sistema de cuotas propuesto por Escrivá se
topó con el rechazo de la mayor parte de los autónomos. Para ATA, el sistema de
cotizaciones por ingresos reales acabaría con la voluntaria elección personal
del autónomo de la base de cotización al sustituir el modelo ya tradicional por
uno novedoso de 13 tramos o franjas de ingresos cada uno de ellos con una cuota
mensual asignada. Pero ello no es como una tarifa plana con una cuantía fija al
margen del ingreso de cada mes. Hay que tener en cuenta que la inmensa mayoría
de los autónomos y concretamente de los pequeños, cada mes tiene una cifra
diferente de ingreso, que todos los meses del año no ganan lo mismo, que los
ingresos son variables: unos meses se gana más y otros meses se gana menos. Por
ejemplo, agosto y enero son meses flojos de pocos ingresos para la mayoría de
los autónomos: bajo consumo por la típica “cuesta de enero” y las vacaciones
que les obligan al cierre o a la caída de ingresos si deciden permanecer abiertos
en plena canícula agosteña. Y en estos precarios meses de bajos ingresos los
impuestos son los mismos cuando lo ideal sería que los pequeños autónomos
pagaran en enero y agosto menos impuestos, en proporción a sus menores
ingresos. Después está la realidad de la multipluralidad y heterogeneidad del
autónomo por zonas y por temporadas o estaciones anuales: como aquel que tiene
una tienda en una ciudad turística de verano, que en invierno cierra el
negocio. O de aquellos que solo tienen dos o meses al año fuertes de
ingresos. Es un colectivo diverso y muy complejo de variada casuística al
que no se le puede medir con un mismo rasero genérico y al que se le ha de
estudiar al detalle y de forma pormenorizada estableciendo diferentes clases,
clasificaciones o modalidades según las casuísticas.
La propuesta de Escrivá de 11 tramos
y de 214,2 euros de cotización mínima hace aguas en el Ejecutivo. Ha causado
división y rechazo. Para el socio de gobierno del PSOE, Unidas Podemos, si la
anterior propuesta inicial ya fue inaceptable e injusta y discriminatoria hacia
quienes menos tienen, la actual todavía lo es más. "¿Ahora se propone,
encima, bajar la cuota a los grandes autónomos que más ganan y subírsela a los
más precarios?" - se preguntaba el portavoz parlamentario Pablo Echenique.
"Nosotros no podemos, ni queremos, ni vamos a apoyar semejante cosa. Que
quede claro"-sentenció tajante. Ni yo tampoco. Algunos, los gordos
empresarios unipersonales, los grandes autónomos que ganan miles, millones;
estarán dando botes de alegría y frotándose las manos. Nunca un ministro
socialista ha favorecido tanto y tan claro a "peces gordos"
bajándoles la cuota. Nunca un ministro socialista ha perjudicado tanto, tan
claro y tan grave a "peces chicos" que menos ganan. Todo un
desatino más propio del legendario Sheriff de Nottingham que de un ministro
socialista con desmedido afán recaudatorio.
Sr. Escrivá, deje de comportarse
como un funcionario tecnócrata y burócrata y actúe como socialista ayudando a
los pequeños, modestos, sufridos y humildes autónomos precarios
aliviándoles sus economías. No les ahogue.
Por Josep Esteve Rico i Sogorb