EL ÁRBITRO MUNDIAL JUEGA SUCIO
Por Josep Esteve Rico Sogorb
Publicado en:
http://www.escolar.net/MT/archives/2004/04/aznar_irak_y_el.html
el 24 de mayo de 2004
Torturas y más torturas.
Vejaciones y humillaciones, hasta cursillos de especialización en sodomía.
¡¡Qué fuerte resulta todo esto y mucho más que iremos conociendo!! Cuesta de
creer que soldados del ejército "libertador" más poderoso del mundo,
de la nación-árbitro y del país de la Libertad, Derechos Humanos y la
Democracia; hayan caído tan bajo aunque sea obedeciendo a sus superiores
culpables y responsables de malos tratos. Pero mucho más grave es la actitud
hipócrita, cínica y soberbia de algunos políticos estadounidenses ante el
problema. Razones para dimitir y avergonzarse, ‘haberlas haylas’. Seguramente
en otros gobiernos del mundo las dimisiones no se habrían hecho de esperar.
Que un gobierno dictatorial e
integrista (como entonces el de Saddam) torture, humille y asesine; está mal y
es condenable. Si bien es "comprensible" (entre comillas y hasta
cierto punto) que estas violaciones se produzcan en países subdesarrollados,
tercermundistas y dictatoriales. Sin embargo, que un gobierno democrático,
civilizado, desarrollado, humanista / humanitario cual adalid de la Justicia,
Seguridad, Paz y Libertad como EE.UU oculte a sabiendas el tema a la opinión
pública durante largos meses; es bastante más grave, incomprensible y
condenable. Pero no pasa nada porque se trata de quien se trata. La hipocresía
de Rumsfield, Rice y compañía de reconocer la situación, pedir perdón (de
boquita suenan bien las palabras) cesar cargos militares implicados y afirmar
que "habrán más casos en lo sucesivo"; es de órdago o de un morro
impresionante. Encima, chulescamente aseguran no dimitir a pesar del agravamiento
del problema. En idéntica situación, otro político de distinta nación que fuera
secretario de Estado, ministro o presidente; habría dimitido ipso-facto y sus
ejércitos, devueltos a casa. No es para menos.
Que la guerra genera más guerra y
la violencia más violencia no lo duda nadie. La represalia a las torturas
estadounidenses ha sido repentina y gravísima. Un chico instalador de antenas
ajeno al conflicto ha pagado con su vida como mero objeto o moneda de cambio.
Entre torturadores anda el juego, a ver quién se lleva la batuta en cuanto a
cruel brutalidad. Pues, tanto monta... ¡Si algunos no hubieran metido las
narices donde no les llamaban argumentando guerras y ocupación con la excusa de
armas y ansiando petróleo...!
A todo ello, Bush deja hacer con permisividad, encubre (que es como apoyar indirectamente) hasta alaba con aquello de "soberbio trabajo “y se empeña en seguir ocupando Iraq llevándole hierro al asunto de las torturas comparables con las del nazismo. Torturas que como demuestran las imágenes son de enorme brutalidad inhumana y suponen una violación de los Derechos Humanos y la Convención de Ginebra, dignas de ser juzgadas en el Tribunal Internacional Penal como acciones criminales de guerra. Por ello, la Administración Bush debería sentarse en el banquillo de los acusados ante dicho tribunal para dirimir responsabilidades. Encima para mayor recochineo Washington anuncia sanciones contra Siria por su apoyo al terrorismo. Bien vale, pero... ¿a EEUU quien le sanciona? ¿Quién le investiga? La ONU debería condenar a Bush y a su Administración, pero se pasan por el forro de la entrepierna la Justicia y el Derecho Internacional. Entre otras cosas por su negativa a que criminales como Saddam y Bin Laden los juzgue el Tribunal Internacional Penal rechazando participar en su composición. Es que para ellos, la única justicia que existe es la suya, la que imponen con guerras y talonario sobre todo donde haya "oro negro". ¡Menudo "árbitro" del "Orden Mundial" jugando sucio! Si todo esto es globalización "made in USA", ¡¡estamos apañados!!
Josep Esteve Rico Sogorb
Escritor y periodista.
Ex redactor de varios diarios como:
"El Faro y El Periódico de Ceuta”, "Área Campo de
Gibraltar", "Revista Guía Perfil Dama" etc.
Miembro de la Asociación de
Escritores en Lengua Valenciana de la Com. Valenc.
Miembro de Amnistía Internacional