La Basílica y la Venida, entre 750 y 150 años
En este año de 2015, que está a punto de acabar, Elche ha mantenido
dos celebraciones muy importantes desde los puntos de vista social,
cultural, religioso e histórico: los 750 años de la proclamación de
Santa María como templo cristiano con su dedicación al culto mariano
asuncionista, y los 150 años de la fundación de la Sociedad Venida de la
Virgen. Ambas celebraciones están, de alguna manera, vinculadas y
relacionadas entre si en cuanto a sus significados asuncionistas. No en
vano, la Patrona de Elche, la Virgen de la Asunción, es la protagonista o
el “leit motiv” común que las enlaza.
Las asociaciones o entidades y
organismos relacionados con cada celebración (Junta Local del Patronato
del Misteri, Basílica de Santa María, Museo de la Virgen, Sociedad de la
Venida; principalmente) han realizado un esfuerzo considerable durante
este año, para celebrar tales efemérides mediante actividades públicas
de diversa índole y concurrida participación. Además, a lo largo del año
se publicaron artículos de opinión, se pusieron pancartas colgantes en
la fachada de la Basílica, se oficiaron misas y se impartieron charlas,
entre otras cosas; todo ello destinado a recordar como la antigua
mezquita se transformó en templo cristiano en 1265 o como se fundó la
Sociedad Venida de la Virgen hace 150 años.
Hasta aquí todo perfecto y muy encomiable. Pero lo que yo he notado,
como ilicitanista e historiador local, ha sido la casi ausencia
(salvando alguna honrosa excepción) de actos públicos no religiosos
institucionales (por parte del Ayuntamiento) y socioculturales (por
parte de entidades privadas) reivindicando la llegada de Jaime I a Elche
aquel 20 de noviembre de 1265; nuestro particular, localista y sui
géneris “9 d’octubre” ilicitano del que casi nadie se acuerda,
lamentablemente. He echado de menos más actividades reivindicativas de
tipo identitario, autoctonista, localista, ilicitanista y de carácter
socio-cívico-cultural, respecto de aquellas conquista o toma de la
ciudad y dominación-administración de Elche a manos cristianas
aragonesas.
Me habría gustado ver varios eventos en torno a Jaime I, pues a él se
le debe que la mezquita se transformara en templo cristiano y que se
instaurara el culto asuncionista. Sin embargo, se la dado más
importancia al obispo que bendijo el templo, Arnau de Gurb, que al
propio Jaime I. Esto ha pasado bastante desapercibido en la celebración
del 750 aniversario. Habría estado bien, habría sido oportuno,
complementario y enriquecedor para las efemérides, el haber realizado
varios y diferentes actos en homenaje a Jaime I y a todo lo que de él se
deriva, desvinculando así lo religioso de aquello que no lo fue, pero
conjuntándose ambos aspectos dentro de la programación general de los
750 años de Santa María. Así se habría reivindicado, homenajeado y
recordado nuestro inicial proceso de ingreso en el territorio de la
Corona de Aragón y por tanto en el Reino de Valencia (hoy Comunidad
Autónoma Valenciana) y nuestra introducción en la cultura occidental
cristiana.
Porque Santa María y sus 750 años no fueron ni son únicamente
de carácter religioso sino también de índoles sociocultural,
identitaria, patrimonial, histórica, urbanística, genealógica…pues sus
consecuencias e influencias que hasta hoy nos han llegado, traspasaron y
trascienden lo religioso afectando a estos otros aspectos, que son tan
importantes como lo es el culto devocional. En definitiva, que la
celebración del 750 aniversario del Templo de Santa María ha resultado
algo “coja” o desequilibrada. Ha sobrado mucho de lo religioso y ha
faltado algo de aquello que no lo es: historia, cultura, patrimonio,
identidad…
En cuanto a la Sociedad Venida de la Virgen, nada que objetar. Todo
casi perfecto. Fue fundada hace 150 años como comisión popular y cívica
de festejos, no religiosa, aunque relacionada de alguna forma desde
fuera con la Iglesia, ya que la Virgen de la Asunción, Patrona de Elche,
es la protagonista de sus festejos y celebraciones. La actual Sociedad,
presidida por el inquieto y activo José Antonio Román Parres, ha
logrado alcanzar unos niveles cualitativo y cuantitativo muy altos. Ha
conseguido superar el número de participantes y ha podido acercar la
Fiesta de la Venida a los ilicitanos, especialmente a los niños (quienes
desde temprana edad ya conocen muy bien qué es la “Vinguda”), llevando a
su principal icono, el guardacostas Cantó, de visita a los colegios de
la ciudad. Incluso Cantó es más conocido y admirado que el propio Patrón
de Elche, San Agatángelo, lamentablemente. La Sociedad también convocó
entre los escolares ilicitanos un concurso de dibujo para elegir cartel.
Lo que si echo en falta es, que los diálogos sobre el hallazgo entre
Cantó y el Justicia Mayor el día 28 en el arco del Ayuntamiento, se
hagan en valenciano y sobre todo respetando el valenciano que se hablaba
en 1370 cuando se descubrió el arca. Un valenciano arcaico, medieval,
pero valenciano al fin y al cabo, porque para ser fieles a la historia,
estos diálogos deberían ser en valenciano y no en castellano. En 1370 en
Elche no se hablaba castellano. Si los Moros y Cristianos realizan su
representación de toma de la ciudad por Jaime I en valenciano (sus
embajadores parlamentan en valenciano)… ¿por qué la Venida no hace lo
mismo? Yo me presto a traducir al valenciano medieval de la época el
guión del diálogo de Cantó y el Justicia Mayor.
Las fiestas de la Venida, además, son muy sociales, festeras,
populares, cívicas culturales, muy participativas. Creo sinceramente,
que el esfuerzo de la Sociedad en esta celebración de los 150 años de su
fundación, ha dado sus frutos. La Sociedad y la Venida gozan de muy
buena salud y tienen garantizado su futuro, por lo menos, otros 150 años
más, si Dios quiere.
Por Josep Esteve Rico Sogorb
(Publicado en diario elche news )
(Publicado en diario elche news )
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