"Ni el Poder ni la Gloria". Blog de Josep Esteve Rico Sogorb

Artículos de opinión e investigación sobre Historia, Lengua, Literatura, Arte, Cultura, Política, Sociedad, etcétera. La mayoría publicados en medios de comunicación en papel y digitales de todo ámbito territorial tanto en España como en el extranjero

lunes, 10 de junio de 2024

https://www.informacion.es/opinion/2024/06/04/cruz-germanias-103341723.html 

Opinión  PUBLICADA EN DIARIO INFORMACIÓN 

La cruz y las germanías

Cruz del Paseo de Germanías / ÁXEL ÁLVAREZ


Consumatum est. La cruz del Paseo Germanías o “de los Caídos” de Elche no se toca, Ruz dixit. Las derechas locales la mantendrán alegando que se “limpió” de signos franquistas, acogiéndose a la reciente ley autonómica de Concordia. Las izquierdas quisieron derribarla, conforme a la estatal Ley de Memoria Democrática, por ser de la dictadura. Ambas posiciones, que tienen algo de razón y algo de verdad, podrían ser “reconciliables” pero es imposible. Uniéndolas, nace una tercera vía de consenso, porque no todo es blanco o negro. Aunque no sirva de nada, porque no hay vuelta atrás, deseo que la ciudadanía sepa que hay otras opiniones.

Las derechas acusaron a las izquierdas de “católicofobia”, de estar contra la cruz como símbolo religioso y dicen que al no tener hoy signos franquistas, es de “concordia y paz”. Falso. En origen (1939) esa cruz no fue imparcial ni neutral al ponerse en dictadura para homenajear solo a las víctimas de uno de los dos bandos de la guerra civil (vencedores) y exaltar el régimen franquista. No se usó como elemento de consenso pues desde su inicio olvidó y sigue olvidando a las otras víctimas. Esa cruz está “manchada” al colocarse en recuerdo de los vencedores y bajo un sistema represor surgido de una fratricida y sangrienta guerra. Si hoy se ubicase una nueva cruz, sería sin duda democrática, de consenso, de concordia, de paz, neutral, imparcial, para todos, para los caídos de ambos bandos.

Las izquierdas acusaron a las derechas de no cumplir con la Ley de Memoria Democrática por desear mantener una cruz que se puso (sobre el pedestal del anterior obelisco que ubicó la II República) y se inauguró en dictadura. Es falso que en el PSOE exista “católicofobia” y es mentira que los socialistas estén en contra de la cruz cuando este partido tiene un considerable sector católico practicante, es respetuoso con la Iglesia, tiene un socialista como presidente de la Semana Santa ilicitana y hay socialistas que van a misa y son cofrades.

La cruz del Paseo Germanías no es de concordia ni de paz aunque en la transición se despojara de signos fascistas (altar de mármol para misas de campaña, letras empotradas con el signo VCR y las palabras “Presente, Jose Antonio y Franco”). El quite de estos elementos fue una “limpieza” incompleta que “democratizó” en parte la cruz. De haber deseado democratizarla íntegramente, la “limpieza” tendría que haber sido completa: demolición total. Pero la “limpiaron” a medias. La cuestión no es la cruz como símbolo religioso sino ESA CRUZ. Como símbolo crístico no tiene culpa, es positivo. Son su uso, apología, ideología, manipulación partidista y su impregnación o “mancha”; los factores culpables. Las cruces creadas en dictadura son antidemocráticas porque en dictadura no hay democracia. Las cruces puestas en democracia son democráticas. Yo quiero ahí una cruz, no esa, sino otra. Podría sustituirse por una nueva y actual réplica derribando todo el conjunto (pedestal y cruz están “infectados” de franquismo), fabricándose otro, copia del viejo: PEDESTAL+CRUZ. Tal nuevo conjunto, nacido en democracia, sería democrático al cien por cien y mantendría la cruz (igualmente democrática, de consenso, concordia y paz). Para culminar la democratización se añadiría placa conmemorativa con texto de consenso englobando a los dos bandos, A TODOS los que murieron en la guerra civil sin distinciones partidistas.

Es contradictorio que el monumento central del paseo “de las Germanías” sea un híbrido de dos regímenes antagónicos (pedestal de la Segunda República y cruz del Franquismo). Es ilógico que el nombre del paseo aluda a la revuelta popular contra el absolutismo del siglo XVI (“Guerra de las Germanías”) y que en su interior haya un monumento del siglo XX alusivo a otra guerra posterior, la civil de 1936-1939. Es penoso que, llamándose “Paseo de las Germanías”, no tenga este lugar monumento o placa que explique este hecho tan influyente en siglos posteriores. Las Germanías (de germà, hermano, y germanor, hermandad; en valenciano) fueron las primeras guerras de clases contra el despotismo, el absolutismo, las injusticias, las elevadas subidas de impuestos, los privilegios de la nobleza y en pro de los derechos de los gremios. En el Reino de Valencia surgieron del descontento de los sectores productivos casi a la par que la “Guerra de las Comunidades” (Comuneros) de Castilla y de León. Las Germanías fueron el germen de futuras revoluciones como las huelgas sindicales y las revueltas obreras. Merecen ser inmortalizadas y reconocidas públicamente con manifestación representativa y explicativa. Ellas son las grandes desconocidas de los ilicitanos y de todos los valencianos. Es vergonzoso que un hecho de gran trascendencia pase inadvertido en Elche sin tener monumento alguno, ni siquiera una placa. Lógico sería que el nombre del lugar fuera parejo o acorde a su monumento y viceversa. Como en otros parques de nuestra ciudad donde coinciden sus nombres con los monumentos y las placas: plazas de López Orozco y de la Aparadora, por citar algunos ejemplos.

Podría ubicarse un monumento dedicado a los antepasados que lucharon por sus derechos en las Germanías consistente en una figura de un agermanat (hermanado) basada en pinturas y grabados de la época junto a una placa que explique qué fueron las Germanías y que rinda homenaje a sus héroes citando la participación de los ilicitanos en esta revolución. Elche tomó parte en ella, tuvo un papel destacado, Pedro Ibarra dixit. Razón de más.

Todo cabe en el Paseo de las Germanías o de los Caídos: Cruz y placa en recuerdo de todas las víctimas de la guerra civil. Monumento con placa dedicado a las Germanías y a los agermanats ilicitanos, que los hubo. Espacio hay de sobra.

Me alegro de que el refugio de la guerra civil de Paseo Germanías pase a ser visitable. Confío en que el guía será sensible a quienes lo construyeron: mujeres y niños vecinos del barrio por instinto de supervivencia ajenos a las ideologías. Y me alegro de que el primer alcalde de la transición Ramón Pastor vaya a tener su homenaje en el nuevo Museo Pro Derechos Humanos del Paseo Germanías. Para rematar la remodelación del lugar cabría plantar o trasplantar algún chopo ilicitano, que seguro que arraigará, pues el de la Glorieta aún subsiste.

Josep Esteve Rico Sogorb

Académico correspondiente por Elche y comarca en el Institut d'Estudis Valencians

https://www.informacion.es/opinion/2024/06/04/cruz-germanias-103341723.html