"Ni el Poder ni la Gloria". Blog de Josep Esteve Rico Sogorb

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martes, 8 de abril de 2025

 


Una reivindicativa e integral ruta republicana de visitas (con guía histórico incluido)

Agradezco a ciertos colectivos ilicitanos de tendencia comunista que estén desde hace unos años tirando del carro y  manteniendo la llama del republicanismo llevando a cabo cada 14 de abril e incluso días anteriores, varias celebraciones o actos en recuerdo, homenaje y conmemoración de este hecho histórico y de sus protagonistas.

Hasta hace pocos años, además de estos colectivos comunistas, existían en Elche grupos y personas de pensamiento republicano y republicanista que no eran comunistas sino únicamente republicanos, es decir, partidarios de una república. Hay que insistir en que se puede ser republicano de centro, de derecha o de izquierda. La República es la forma de Estado, y como tal, es como una “madre” que desde lo más elevado y empírico ampara, da cobertura y abraza a sus “hijos” (partidos, sindicatos, ciudadanos, líderes políticos…) estando por encima de ideologías, ideas, pensamientos y credos. Otra cosa es la forma de Gobierno, que da “color” al Ejecutivo, a los partidos políticos, a los sindicatos, etcétera.

En el período de la II República Española comprendido entre 1931 y 1939 hubo personajes políticos y partidos dentro de la República de toda tendencia o “color”: liberal, radical, centrista, moderada, comunista, socialista o marxista, conservadora, agraria, etcétera.  

A pesar de estar las repúblicas en el mundo como formas de Estado por encima de los sistemas de Gobierno (poderes ejecutivo y legislativo) desde siempre existieron, aún existen y seguirán existiendo repúblicas de todas las ideologías. De centro, de izquierda y de derecha: burguesas- liberales, progresistas, marxistas-obreras, conservadoras…incluso federales, confederales, plurinacionales…pero ese color o tendencia ideológica no es propio de la República en sí sino de su Gobierno, porque el partido que gobierna le da ese tono o color ideológico al Estado de la República. En una República unas veces ganará las elecciones un partido de izquierda, otras veces uno de centro y otras ocasiones, otro de derecha; todo ello sin que la alternancia suponga problema alguno, ni el fin de la República ni que esta como forma de Estado tenga color ideológico (sí su Gobierno o Poder Ejecutivo).

En el caso de Elche, estaba ARDE (Acción Republicana Democrática Española) partido político heredero de Manuel Azaña presidido por el bueno y afable de D. Nazario González Monteagudo quie estaba acompañado de sus familiares directos, en especial por sus hijas Isabel y Helia, supervivientes del barco “Stan Brook”. Recuerdo siendo un adolescente los actos republicanos que cada 14 de abril D. Nazario y  la delegacion local de ARDE (cuya sede estuvo en la monárquica calle Reina Victoria, ¡qué paradoja, una sede republicana en la calle de la reina que la propia II República “destronó” huyendo pues hacia el exilio!) celebraban bien en su local mediante charlas o ante el monumento a Julio María López Orozco, Don Julio, el médico de los pobres, gran maestre de masón de la logia local y diputado republicano.

Fallecido D. Nazario, sus hijas siguieron con la actividad. Helia continuó celebrando homenajes a su padre y a López Orozco. Logró que a D. Nazario le dedicara el Ayuntamiento una calle y un monumento ante el cual se realizaron durante años varias concentraciones en su homenaje. En esos años, siendo Helia ya de avanzada edad, cada 14 de abril se llevaban a cabo dos visitas a ambos monumentos, al de López Orozco y al del Nazario, en la misma mañana, depositándose flores, haciéndose parlamentos reivindicativos o discursos conmemorativos, y portando banderas tricolores. Al principio, esta “ruta” republicana coexistía con otras “rutas” convocadas por las organizaciones comunistas llegando incluso a participar conjuntamente. Recuerdo que en el Cementerio Viejo, ante la fosa común de los fusilados y frente al Mural por la Paz de Andreu Castillejos, durante algunos años, se dieron cita todos los republicanos ilicitanos, de todas las tendencias ideológicas: socialistas, centristas, liberales y comunistas. De izquierda, de centro-izquierda, de centro. Allí participaron republicanos federales como Carrasco Pacheco y Helia González junto a comunistas como el sindicalista Vicent Ripoll o Manuel González del PCE local.  El abanico ideológico republicanista llegó a ser bastante amplio y con variados matices mostrando una evidente unidad de acción a pesar de las diferencias ideológicas entre sus dirigentes y organizaciones. Incluso fui testigo de cómo el entonces concejal de Juventud Óscar Morales, comunista él, participó junto a los republicanos federales de ARDE en el homenaje ante el monumento a López Orozco.

Hoy, aquella unidad de acción se ha roto, los republicanos liberales y federales se han extinguido y las “rutas” republicanas se han dividido hasta el punto de que casi a modo de monopolio, son los comunistas los únicos que las realizan. Esto tiene dos caras: la positiva es, que gracias a ellos se ha salvado le celebración del 14 de abril evitando que desaparezca y se ha logrado que cada año una multitud celebre, homenajee y conmemore la República. La cara negativa es, que se da una imagen de control de los comunistas sobre todo aquello que huela a republicano, como una exclusividad, como si tuvieran la patente, como custodios o albaceas, como si los únicos republicanos fueran ellos, cuando no es cierto. Reitero mi agradecimiento a los comunistas ilicitanos porque sin ellos no habría ninguna celebración republicana. Es verdad que no tienen culpa de que no existan ni participen republicanos de todas las tendencias, especialmente de centro y hasta de centro derecha y de derecha. Esta es la cruda realidad. ¡Qué pena, qué lástima! El republicanismo no comunista, no izquierdista, casi no existe y si quedan miembros, se pueden contar con los dedos de una mano.

Algo que yo siempre eché en falta en aquellos eventos era la participación de ilicitanos republicanos no comunistas, sobre todo de republicanos de derechas, que haberlos los hubo en la II República e incluso en la posguerra en clandestinidad y hasta sufrieron cárcel, torturas y fusilamientos por parte del sistema represor franquista.  La pregunta es: ¿dónde están los republicanos de derecha ahora en 2025? ¿Hay alguno oculto y callado dentro de algún partido? No me refiero a esos antimonárquicos antifelipistas que están en la extrema derecha y quieren eliminar la monarquía y que defienden una dictadura. No, no me refiero a estos, porque no son auténticos republicanos, no son pro, son fascistas anti-sistema. No es lo mismo ser republicano de pro, a favor, que ser antimonárquico. Estar contra el Rey, en caso concreto contra Felipe de Borbón no significa explícitamente que se sea republicano. Yo me refiero a personas de ideología derechista, creyentes católicos, partidarios de la economía capitalista pero que defiendan un estado donde se pueda elegir directamente con el voto cada cuatro años al presidente de una República austera de bajo presupuesto en vez de que la Jefatura del Estado pase de padre a hijo o hija con el consiguiente gasto excesivo de mantenimiento de la Casa Real.  Es posible que en Elche exista alguien así, republicano y de derecha, pero no se manifiesta, para no ser tachado de “rara avis” o equivocadamente de “rojo”  (cuando no lo es) y más si pertenece a algún partido de esta tendencia como por ejemplo, el PP.

Porque existen falsos y erróneos “estigmas” en la actualidad atribuidos al significado de la palabra “republicano”. Estos sambenitos son originarios de la posguerra, de la dictadura franquista. El viejo régimen metió en el mismo saco a todos los republicanos mezclándolos con los comunistas y anarquistas que en su más pura esencia no fueron republicanos, sobre todo los anarquistas, porque el anarquismo no defendió jamás sistema de estado alguno, ni republica ni monarquía sino el ser humano totalmente libre sin estados, sin gobiernos, sin ejércitos, sin policía. Si en mayor porcentaje, quienes quemaron las iglesias, conventos y monasterios en 1936 fueron los anarquistas, el franquismo reaccionó calificando de forma genérica a todos los que estaban a favor del gobierno legítimo republicano como “rojos quema iglesias, viola monjas, mata curas y diablos con cuernos y rabo”. Así pues, todos aquellos que estaban en contra del régimen franquista eran tildados erróneamente de “rojos”, cuando “rojos” fueron solo los de izquierda: comunistas, socialistas y anarquistas; el resto solo eran republicanos, sencillamente.

En nuestra región valenciana hubo importantes personajes tanto republicanos derechistas-liberales centristas (caso del alicantino, Joaquín Chapaprieta Torregrosa, natural de Torrevieja), como republicanos centristas (caso del valenciano Ricardo Samper que al estallar la guerra se exilió en Suiza donde falleció en Ginebra el 27 de octubre de 1938). Los personajes republicanos de izquierdas de nuestra región que existieron entre 1931 y 1939 son hoy de sobra conocidos: Miguel Villalta (PSOE), Julio Mª López Orozco (PRRS), Ginés Ganga (PSOE), Sigfrido Blasco Ibañez (PURA), Vicent Marco Miranda (Esquerra Valenciana), Rodolfo Llopis (PSOE), Carlos Esplá Rizo (Izquierda Republicana), Juan Botella Asensi (PRRS), Eliseo Gómez Serrano (IR), entre otros.

Franco mandó encerrar y fusilar a dirigentes republicanos de derecha como el democristiano barcelonés Manuel Carrasco Formiguera (conseller de Sanitat de la Generalitat de Catalunya) o como el ministro derechista republicano de la CEDA Luis Lucía, valenciano, (que se opuso al alzamiento golpista y se mantuvo fiel a la República) quien sufrió cárcel y fue condenado a muerte por no apoyar la sublevación militar aunque después se le conmutó la pena siendo exiliado y confinado en Mallorca, muriendo en Valencia tras haber sido perseguido por unos y defenestrado por otros, por ambos bandos.

Aún hoy en día perduran estos estigmas, pues si dices públicamente que eres republicano, la mayoría social te toma por anarquista o comunista, o sea, por “rojo”, por izquierdista. Falta información teórica sobre el republicanismo y sobra ignorancia al respecto. Sabed que ser republicano no significa ser de izquierda. Que se puede ser republicano y de centro y de derecha.

En nuestra ciudad hubo desde últimos del siglo XIX y hasta mediados del siglo XX esta clase de republicanos. Federalistas (partidarios de las tesis de Pi i Margall) como Ramón Lagier o Joaquín Sempere García (El Tendre), liberales como Emigdio Santamaría o Joaquín Santo Boix y derechistas como los abogados Rafael Ramos Bascuñana y Rafael Ramos Folqués.  Iniciada la transición tras la muerte de Franco, en 1976 destacó el empresario ilicitano Juan Sanchez Ruiz (ex vicepresidente del Elche C.F.) a la sazón republicano centrista, como candidato electoral por ARDE junto a Nazario González Monteagudo. Ambos no fueron comunistas sino republicanos nada más, de talante moderado. Tampoco fueron comunistas Pedro Ibarra (centrista liberal), el Doctor José Mª López Campello (progresista y liberal), el periodista Juan de Mata Coquillat (federalista),  López Orozco y su cuñado Joaquín Lucerga (radicales y liberales); entre otros. Ninguno de ellos fue comunista, sino que todos fueron republicanos, les unía aquello común: la defensa del sistema de estado y de la forma de gobierno republicanos por votación popular, cada cual desde su tendencia ideológica individual (liberal, radical, centrista, derechista, progresista, federalista…).

Además de recordar a estos personajes ilicitanos republicanos ilustres y de pro NO COMUNISTAS, como homenaje, quiero reivindicar la necesidad de “resucitar” hoy en día el extinguido republicanismo no comunista ni izquierdista. Me gustaría que existieran en la actualidad en nuestra ciudad partidos políticos y dirigentes republicanos de estas tendencias: centro, centro derecha y derecha. Mientras sigamos así, celebrando cada 14 de abril los actos organizados solo y exclusivamente por los comunistas y afines, el REPUBLICANISMO continuará “cojo” de unas de sus patas o extremos, continuará siendo unisectorial y parcial, no integral ni unitario y continuará manteniendo el calificativo de “rojo izquierdista” y con razón, claro está. El republicanismo integral y completo debe abarcar como un abanico, desde el izquierdismo más extremo y radical hasta el derechismo más extremo y radical pasando en medio de ambos por el centro izquierda y el centro derecha.

Si algún día esta unidad de acción se consiguiera con la integración o aportación de un “resucitado” republicanismo no izquierdista – no comunista – no “rojo” proveniente del otro extremo ideológico, podrían recuperarse  los actos de homenaje hoy desaparecidos e incluso unificarse todos ellos en una única pero heterogénea “ruta republicana” co-organizada por todos los colectivos republicanos ilicitanos de las tres tendencias y no solo por los comunistas como viene sucediendo. 

En la actualidad, las rutas de homenajes republicanos que se realizan son: 1.- Concentración en L’Algeps - Las Chimeneas por las Juventudes Comunistas, PCE Local, y otros colectivos afines. 2.- Visita en el Cementerio Viejo a la fosa común de los fusilados, convocada por PCE local y Sindicato de Pensionistas  de Comisiones Obreras. 3.-Ofrenda de flores en la Avenida de la Comunitat Valenciana ante la placa conmemorativa de la II República y ante el monumento a López Orozco, organizadas por el PCE ilicitano (que antes realizaban los republicanos de ARDE y familiares de D. Nazario González).

Hace años que no tiene lugar el acto de homenaje que convocaba la gente de ARDE ante el monumento de Nazario González Monteagudo (también su familia convocaba), junto a la placa de homenaje a Manuel Azaña. Monumento en la calle de su nombre y que además de depositarse flores en él se efectuaba un acto simbólico pasando el público por debajo de la arcada del monumento.

Tampoco se celebra aquella ruta a pie que durante unos pocos años se efectuaba desde el Palacio de Altamira hasta la pared lateral del Cementerio Viejo con posterior visita a la fosa común de los fusilados. Toda la ruta con  explicación histórica que a modo de guía turístico hacía el ilicitano republicano azañista José Antonio Carrasco Pacheco. La ruta estaba organizada y convocada por la asociación “Memoria y Justicia de Elche” que este ilicitano fundó y presidió. Esta ruta era la que históricamente recién acabada la guerra civil recorrieron los camiones cargados de presos republicanos desde la cárcel del Palacio de Altamira hasta la pared lateral del Cementerio Viejo donde fueron fusilados tras cruzar el carrer Major de la Vila, arco del Ayuntamiento, calle Alfonso XII , Puente de la Virgen, carrer Major del Pla , Paseo de las Germanías con parada y entrada de los conductores y guardias en el viejo bar de Mateuet (que estaba en la esquina, frente al Cuartel Viejo) desde donde prosiguieron por calle Mariano Benlliure hasta la tapia lateral del camposanto donde tuvieron lugar los fusilamientos.

Salvo el día de la inauguración oficial por las autoridades municipales con descubrimiento de placa conmemorativa, nunca se han repetido actos de homenaje a Lopez Orozco en el Parque-Jardín-Plaza que lleva su nombre, cuyo solar fue la casa y huerto donde  él vivió con su segunda esposa Asunción Manchón. De hecho se conoció como el “Hort de Manchón” y estaba frente al Hotel Hort del Cura y frente al Museo de la Palma (Hort de San Plácido).  Eso se podría convertir en otro acto republicanista y añadirlo al programa general de actividades o “ruta republicana” unitaria e integral. Digo podría, porque ya se le homenajea ante su escultura y tal vez no sea necesario duplicar. Pero bueno, ahí lo dejo.

Tampoco se ha realizado nunca una visita guiada explicada por algún historiador local dentro del viejo sacro campo funerario a modo de ruta interior recorriendo y visitando los panteones, las tumbas y los nichos de históricos personajes ilicitanos republicanos ilustres del siglo XIX y del siglo XX, (de las dos repúblicas españolas) como: Pedro Ibarra, Emigdio Santamaría, López Orozco, Pascual Román Antón (primer alcalde republicano de Elche), Ramón Lagier, Tonico Sansano, Joaquín Santo Boix , Rafael Ramos Bascuñana, Joaquín Lucerga, entre otros muchos.  Esto también podría convertirse en otro acto más a integrar en esa  completa y unitaria “ruta republicana”. Y se contaría de cada personaje, un resumen de su vida, lo que resultaría didáctico e instructivo.  Parecido a la genéricas visitas que hace “Elche Singular” de Josué Cerdán pero solo y exclusivamente visitando tumbas, nichos y panteones de republicanos.

Por último, se podría añadir al programa general de actividades republicanas la visita al refugio antiaéreo de la guerra civil ubicado en Paseo de las Germanías y visitarlo con guía turístico, cuando ya esté abierto al público, claro está. Y por cierto, se abre esta semana, a primeros de abril, días antes de la Semana Santa de 2025.

“La ruta republicana” completa, unitaria e integral sería:  

1.- Concentración en l’Algeps-Las Chimeneas.

2.- Ofrendas de flores en placa II República y Monumento a López Orozco (no hace falta duplicar homenaje yendo a la plaza-jardín-parque de su nombre).

4.- Ofrenda de flores ante Monumento a Nazario González.

5.- Ruta a pie de los fusilados (Palacio Altamira- Cementerio Viejo).

6.- Visita a la fosa común en Cementerio  Viejo con ofrenda floral y parlamentos.

7.- Ruta con explicación de un historiador ante las tumbas, los nichos y los panteones de republicanos en el Cementerio Viejo.

8.- Para acabar, visita al refugio de la guerra civil en Paseo de las Germanías.

Esta ruta resultaría muy atractiva, interesante y sugerente. Y debería estar organizada y convocada conjuntamente por todos los colectivos republicanos locales de todas las tendencias ideológicas. Debería crearse una comisión organizadora formada por PCE, Esquerra Unida y sus jóvenes, Juventudes de PCE, Comisiones Obreras, PSOE, familia de Nazario González, Memoria y Justicia, ex miembros de la antigua ARDE, etcétera. Una comisión organizadora formada por todos los sectores del republicanismo. Suena a utopía, pero no es imposible, difícil si, pero no imposible. Además, muchas utopías se hicieron realidad. Esperemos que esta algún dia sea posible En Elche la unidad de todas las clases de republicanismos y la celebración conjunta de todos los actos republicanistas de las tres tendencias ideológicas: izquierda-centro-derecha. Aunque parezca un sueño, brindo por ello.

 Por Josep Esteve Rico Sogorb

lunes, 10 de junio de 2024

https://www.informacion.es/opinion/2024/06/04/cruz-germanias-103341723.html 

Opinión  PUBLICADA EN DIARIO INFORMACIÓN 

La cruz y las germanías

Cruz del Paseo de Germanías / ÁXEL ÁLVAREZ


Consumatum est. La cruz del Paseo Germanías o “de los Caídos” de Elche no se toca, Ruz dixit. Las derechas locales la mantendrán alegando que se “limpió” de signos franquistas, acogiéndose a la reciente ley autonómica de Concordia. Las izquierdas quisieron derribarla, conforme a la estatal Ley de Memoria Democrática, por ser de la dictadura. Ambas posiciones, que tienen algo de razón y algo de verdad, podrían ser “reconciliables” pero es imposible. Uniéndolas, nace una tercera vía de consenso, porque no todo es blanco o negro. Aunque no sirva de nada, porque no hay vuelta atrás, deseo que la ciudadanía sepa que hay otras opiniones.

Las derechas acusaron a las izquierdas de “católicofobia”, de estar contra la cruz como símbolo religioso y dicen que al no tener hoy signos franquistas, es de “concordia y paz”. Falso. En origen (1939) esa cruz no fue imparcial ni neutral al ponerse en dictadura para homenajear solo a las víctimas de uno de los dos bandos de la guerra civil (vencedores) y exaltar el régimen franquista. No se usó como elemento de consenso pues desde su inicio olvidó y sigue olvidando a las otras víctimas. Esa cruz está “manchada” al colocarse en recuerdo de los vencedores y bajo un sistema represor surgido de una fratricida y sangrienta guerra. Si hoy se ubicase una nueva cruz, sería sin duda democrática, de consenso, de concordia, de paz, neutral, imparcial, para todos, para los caídos de ambos bandos.

Las izquierdas acusaron a las derechas de no cumplir con la Ley de Memoria Democrática por desear mantener una cruz que se puso (sobre el pedestal del anterior obelisco que ubicó la II República) y se inauguró en dictadura. Es falso que en el PSOE exista “católicofobia” y es mentira que los socialistas estén en contra de la cruz cuando este partido tiene un considerable sector católico practicante, es respetuoso con la Iglesia, tiene un socialista como presidente de la Semana Santa ilicitana y hay socialistas que van a misa y son cofrades.

La cruz del Paseo Germanías no es de concordia ni de paz aunque en la transición se despojara de signos fascistas (altar de mármol para misas de campaña, letras empotradas con el signo VCR y las palabras “Presente, Jose Antonio y Franco”). El quite de estos elementos fue una “limpieza” incompleta que “democratizó” en parte la cruz. De haber deseado democratizarla íntegramente, la “limpieza” tendría que haber sido completa: demolición total. Pero la “limpiaron” a medias. La cuestión no es la cruz como símbolo religioso sino ESA CRUZ. Como símbolo crístico no tiene culpa, es positivo. Son su uso, apología, ideología, manipulación partidista y su impregnación o “mancha”; los factores culpables. Las cruces creadas en dictadura son antidemocráticas porque en dictadura no hay democracia. Las cruces puestas en democracia son democráticas. Yo quiero ahí una cruz, no esa, sino otra. Podría sustituirse por una nueva y actual réplica derribando todo el conjunto (pedestal y cruz están “infectados” de franquismo), fabricándose otro, copia del viejo: PEDESTAL+CRUZ. Tal nuevo conjunto, nacido en democracia, sería democrático al cien por cien y mantendría la cruz (igualmente democrática, de consenso, concordia y paz). Para culminar la democratización se añadiría placa conmemorativa con texto de consenso englobando a los dos bandos, A TODOS los que murieron en la guerra civil sin distinciones partidistas.

Es contradictorio que el monumento central del paseo “de las Germanías” sea un híbrido de dos regímenes antagónicos (pedestal de la Segunda República y cruz del Franquismo). Es ilógico que el nombre del paseo aluda a la revuelta popular contra el absolutismo del siglo XVI (“Guerra de las Germanías”) y que en su interior haya un monumento del siglo XX alusivo a otra guerra posterior, la civil de 1936-1939. Es penoso que, llamándose “Paseo de las Germanías”, no tenga este lugar monumento o placa que explique este hecho tan influyente en siglos posteriores. Las Germanías (de germà, hermano, y germanor, hermandad; en valenciano) fueron las primeras guerras de clases contra el despotismo, el absolutismo, las injusticias, las elevadas subidas de impuestos, los privilegios de la nobleza y en pro de los derechos de los gremios. En el Reino de Valencia surgieron del descontento de los sectores productivos casi a la par que la “Guerra de las Comunidades” (Comuneros) de Castilla y de León. Las Germanías fueron el germen de futuras revoluciones como las huelgas sindicales y las revueltas obreras. Merecen ser inmortalizadas y reconocidas públicamente con manifestación representativa y explicativa. Ellas son las grandes desconocidas de los ilicitanos y de todos los valencianos. Es vergonzoso que un hecho de gran trascendencia pase inadvertido en Elche sin tener monumento alguno, ni siquiera una placa. Lógico sería que el nombre del lugar fuera parejo o acorde a su monumento y viceversa. Como en otros parques de nuestra ciudad donde coinciden sus nombres con los monumentos y las placas: plazas de López Orozco y de la Aparadora, por citar algunos ejemplos.

Podría ubicarse un monumento dedicado a los antepasados que lucharon por sus derechos en las Germanías consistente en una figura de un agermanat (hermanado) basada en pinturas y grabados de la época junto a una placa que explique qué fueron las Germanías y que rinda homenaje a sus héroes citando la participación de los ilicitanos en esta revolución. Elche tomó parte en ella, tuvo un papel destacado, Pedro Ibarra dixit. Razón de más.

Todo cabe en el Paseo de las Germanías o de los Caídos: Cruz y placa en recuerdo de todas las víctimas de la guerra civil. Monumento con placa dedicado a las Germanías y a los agermanats ilicitanos, que los hubo. Espacio hay de sobra.

Me alegro de que el refugio de la guerra civil de Paseo Germanías pase a ser visitable. Confío en que el guía será sensible a quienes lo construyeron: mujeres y niños vecinos del barrio por instinto de supervivencia ajenos a las ideologías. Y me alegro de que el primer alcalde de la transición Ramón Pastor vaya a tener su homenaje en el nuevo Museo Pro Derechos Humanos del Paseo Germanías. Para rematar la remodelación del lugar cabría plantar o trasplantar algún chopo ilicitano, que seguro que arraigará, pues el de la Glorieta aún subsiste.

Josep Esteve Rico Sogorb

Académico correspondiente por Elche y comarca en el Institut d'Estudis Valencians

https://www.informacion.es/opinion/2024/06/04/cruz-germanias-103341723.html 




domingo, 30 de mayo de 2021

Març i abril del 39 en el Sur Valencià


Vintihuit de març, septuagesim tercer aniversari del final de la guerra civil, i exactament en terres valencianes. Una contenda fraticida en la que en abdos bandos varen haver grups de descontrolats que cometiren atrocitats. Este recòrt posseix una cronologia significativa per al territori valencià, i especialment per al Sur, que cal nomenar “els ultims dies d'un març republicà en el sur valencià', que despuix donaria pas de sobte ad atre mes, el “primer abril franquiste en un sur valencià una vegada espanyolisat”.

Els darrers estertors del març republicà valencià s'inicien previament fora de nostre territori el dia 28 de març de 1939 en l'entrada de les tropes colpistes franquistes en Madrit despuix d’un dur i llarc sege resistit per la seua poblacio heroicament i en evidents penuries tals com la fam i l'escassea d'aliments, mentres el govern i l'Estat republicans fins el moment havien mantingut la seua seu i capitalitat en la ciutat de Valencia, en territori valencià.

Casi a l'unison, l'ultim govern temporal de la II Republica, interi o intern, s'acabava de traslladar (en acabant de caure la ciutat de Valencia, capital provissional de l'Estat republicà) ad una finca entre arboredes nomenada ‘El Poblet’ en el sur del territori valencià, entre les localitats alacantines d'Elda, Petrer i Sax, en la comarca del Mig Vinalopó. En eixa finca, coneguda estrategicament com 'Posicio Yuste' es celebrà l'ultima sessio del consell de ministres del govern republicà presidit pel doctor Joan NEGRÍN immediatament despuix de coneixer la caiguda de Madrit.

Seguint en la cronologia de 'els ultims dies del març republicà valencià', paralelament a la sessio ministerial, restes del derrotat eixercit republicà se dirigiren cap al sur valencià, ad Alacant, l'unica ciutat encara en mans del Govern i en la que encara no havien entrat les tropes colpistes franquistes. L'entrada de l'eixercit de Franco i aliats italo-alemanys seria qüestio d'hores, a lo sum dos dies. Alacant va ser l'ultima ciutat en caure en poder de les tropes “nacionals”.

El govern de Negrín va vore tot perdut i decidi fugir a l'exili. En varis automobils, des de la 'Posicio Yuste' la majoria se dirigi a l'aerodrom d'El Fondò-Manyà en la veïna ciutat surenya valenciana de Monover i junt a la carretera comarcal ad El Pinos, a on prengueren varis avions en direccio a Toulouse i Moscú.

Mentres, en estos ultims dies 28, 29, 30, 31 de març de 1939, fa 73 anys, en el moll del port d'Alacant es concentraren mils de persones, en la seua majoria valencians,  fugint de l'eixercit franquiste que s'acostava des d’Albacete. Entre ells, soldats, milicians, dirigents politics i sindicals, artistes, intelectuals, dones, chiquets, ancians...la majoria sense faltes ni delits en el seu haver. Tan nomes, les seues idees i pertinences a sindicats i partits afins al govern republicà.

 El barc mercant angles 'Stan Brook', gracies a la desinteressada humanitat del seu capità, el mariner gales Archibald Dickson, pujà a bordo a mes de dos mil setcents republicans (majorment valencians) que en el moll havien esperat per a fugir a l'estranger, i burlant el bloqueig del port impost pels barcs de l’ Armada de Franco, va conseguir traslladar-los a Orà (Argelia) despuix d’ un  viage de dos mesos, conseguint salvar-los.  I de fet, molts dels afincats en la ciutat argelina foren valencians (d'ells, molts ilicitans i alacantins)

Les tropes italianes de la divisio 'Littorio' dirigides pel general Gambara entraren per fi a Alacant casi triumfalment per l'escassa resistencia que trobaren en els carrers. Nomes en el port un grup de milicians contraatacà pero foren eliminats.

A partir d'este moment, la situacio donà un gir de 180 graus. Els exiliats estaven en alta mar a bordo del 'Stan Brook' a salvo. Les tropes italianes anaven ocupant el port, a on feren una concentracio en desfilada i foren processonant braç en alt pels carrers de la ciutat.

Agonisà març del 39. La poblacio supervivent alacantina se gità encara republicana el 31 per ad amaneixer franquista al dia següent, 1 d'abril, data oficial del final de la contenda civil, quan Franco emet el seu part de guerra: 'Desarmado y cautivo el ejército rojo... la guerra ha terminado...'

Immediata conseqüencia d'aixo va ser el canvi de signe politic de l'ajuntament alacanti instaurant una gestora provissional formada per afins a l'alçament i bando 'nacional' o franquiste i la posta en llibertat dels presos de dreta catolica (que tambe els hague i que tambe patiren a mans d'uns pocs exaltats que operaren dins de la llegalitat republicana) en la seua majoria valencians. Molts d'estos represaliats tampoc tenien delits i nomes patiren per les seues idees, riquea, o per anar a missa, principalment.

Recordem a tots aquells valencians (alacantins, castellonencs, valencians) que patiren eixos ultims dies de març republicà. Als bons i honrats valencians republicans, que els hague entre tots ells. Als bons i honrats valencians no republicans, que tambe els hague. Per ells, per tots, recordem la lliço de la memoria historica per a que jamai se repetixca, per a que cap valencià patixca per les seues idees, per a que mai se succeixquen en terra valenciana ni 'darrers dies de març republicà ' ni ‘primers dies d’ abril franquiste’. I com digue Azaña, 'Pau, Pietat, Perdo'. Sense rencor.

 

Josep Esteve Rico Sogorb

sábado, 10 de abril de 2021

POR FIN NAZARIO TIENE SU MONUMENTO

Por Josep Esteve Rico Sogorb

Publicado en la columna del diario Noticias Elche 

Nazario González Monteagudo, el ‘Sócrates Ilicitano’, ya tiene por fin monumento en la calle de su nombre gracias a la subscripción popular. Más de un centenar de personas de todas las edades arroparon el pasado domingo 11 –aniversario de la I República Española– con su presencia, la inauguración de esta escultura en recuerdo y homenaje de tan singular personaje, destacando concejales, dirigentes políticos y directivos de asociaciones ciudadanas.

Lo que empezó como un comentario coloquial entre el artista escultor y familiares, es ahora una emotiva realidad. La esencia de Nazario ha quedado acertadamente inmortalizada para la posteridad en esta escultural estructura metálica que refleja con la expresión del perfil de su rostro, los más nobles sentimientos y los más elevados ideales humanistas de un pacífico republicano amante de la paz, de la fraternidad y de la libertad; enemigo de una guerra que siempre condenó y de la que huyó para no participar por considerarla fratricida.

El acto inaugural de la escultura a Nazario fue protagonizado por los hijos, Helia González –presidenta del Ateneo Republicano que lleva el nombre de su padre- y Antonio –actor, director y fundador del grupo teatral ‘La Carátula’– así como por compañeros ideológicos y amigos del homenajeado, también ex-presidente de ARDE, cerrando el evento la intervención del alcalde, Diego Maciá. Un viejo luchador republicano colocó visiblemente emocionado una corona de laurel tras descubrirse la escultura, la placa conmemorativa y la altruista inscripción de un intelectual sudamericano íntimo correligionario de Nazario.

La expresiva danza con escenificación teatral de la joven nieta de Nazario González -vestida con la bandera republicana- emocionó tanto a los presentes, que muchos de ellos rompieron a llorar –la misma Helia no pudo contener sus lágrimas- cuando la actriz y bailarina representó el exilio de sus abuelos.

Sonrisas de complicidad y solidaridad surgieron cuando en el broche final, la joven artista –en su papel de alegoría de la República, logró en un simbólico gesto participativo, que el público cruzara el umbral de los pilares de la escultura que representan el noble y bondadoso idealismo de Nazario,  en una simbiosis entre el pueblo y homenajeado.

Enhorabuena. 

Josep Esteve Rico Sogorb

NAZARIO GONZÁLEZ, EL 'SÓCRATES ILICITANO' 

(In memoriam)

Por Josep Esteve Rico Sogorb

                                            (Foto monumento dedicado a Nazario González )

Recuerdo a D. Nazario González Monteagudo, caminando por las calles ilicitanas, cargado de papeles y carpetas en mano, repartiendo sonrisas y saludos apacibles por doquier. Su pequeña pero entrañable y gran figura, grande en nobleza, causaba cierta veneración con respeto y cercanía, llegando a resultar próxima y accesible para cualquiera. Sus intervenciones dialécticas en debates, coloquios, mesas redondas y otros eventos sobre diversos temas, aunque firmes en convicción y leales con sus principios humanistas e ideales republicanos, destacaron siempre por sus tolerancia, moderación, diálogo, respetuosidad, comprensión y análisis reflexivo. El conocimiento y el saber -o sapiencia- que D. Nazario adquirió a lo largo de su vida tanto en formación intelectual como en experiencia, eran más propios de un filósofo universalista que de un localista actor teatral hijo de la ciudad del zapato; aunque equilibradamente reunió ambas facetas superando el negativo chovinismo de ser de 'provincias'.

 Actor, emigrante, exiliado, político, intelectual, pensador. Amante de las libertades y de la paz, esposo ejemplar, defensor de la fraternidad y de la hermandad entre personas, padre modelo y abuelo bondadoso; Nazario González sufrió lo que jamás quiso que sufrieran las generaciones futuras. Quien fuera 'mano derecha' o secretario particular en su juventud, del popular y bien querido médico y diputado ilicitano López Orozco, defendió la legalidad republicana y cuestionó el golpe de estado franquista aunque criticó y denunció hechos lamentables como la quema de iglesias, siendo uno de los personajes ilicitanos que según testimonios y versiones aún vigentes entre el pueblo, se opuso a semejante barbarie, dato que dice mucho acerca de su humanismo. Personalmente, supe del aprecio y de la grata opinión que de D. Nazario tuvieron algunas personalidades ilicitanas de derecha conservadora como el entonces profesor, delegado de Adoración Nocturna Española y secretario de la Junta Local Gestora del Misteri, D. Eloy Espinosa Sánchez. Otro ejemplo, de tantos, de su bondadosa personalidad, ya que no hizo daño alguno ni deseó el mal para nadie de ninguna ideología. Siempre rehusó participar en la guerra civil. Una contienda que consideró injusta y fratricida. Para sortearla y evitar represalias eligió el camino del exilio. Partió con su familia hacia Argelia, en aquel barco tan novelado últimamente, el 'Stan Brook'. En tierra argelina convivió con otros exiliados republicanos españoles, sobre todo con los ilicitanos. Allí fundó con su mujer e hijos una compañía teatral cosechando cierto éxito social. Azañista convencido -se le puede considerar como el 'Azaña' ilicitano por sus notables parecidos con el presidente de la II  República- regresó a su tierra natal y organizó el comité local del partido político Acción Republicana Democrática Española -ARDE- cuya sede se ubicó en la avenida que en las actas aparecía simpáticamente como 'R. Victoria'. Supongo que ya adivinan por qué.

Tras su sentido fallecimiento, familiares, amigos y correligionarios; todos ellos lograron que el Ayuntamiento rebautizara la calle donde vivió -antigua Eloy Gonzalo- con su nombre, colocando una placa que le recuerda. Calle que en cada aniversario de su óbito y en el de la proclamación de la II República, es objeto de un pequeño acto de homenaje mediante el depósito de flores-ofrenda y corona de laurel formando los tres colores republicanos. Hoy, años después del rótulo urbano, Nazario González Monteagudo, el ‘Sócrates Ilicitano’, ya tiene monumento en la calle de su nombre gracias a la subscripción popular. Más de un centenar de personas de todas las edades arroparon el pasado domingo 11 –aniversario de la I República Española– con su presencia, la inauguración de esta escultura en recuerdo y homenaje de tan singular personaje, destacando concejales, dirigentes políticos y directivos de asociaciones ciudadanas. Lo que empezó como un comentario coloquial entre el artista escultor y familiares, es ahora una emotiva realidad. La esencia de Nazario ha quedado acertadamente inmortalizada para la posteridad en esta escultural estructura metálica que refleja con la expresión del perfil de su rostro, los más nobles sentimientos y los más elevados ideales humanistas de un pacífico republicano amante de la paz, de la fraternidad y de la libertad; enemigo de una guerra que siempre condenó y de la que huyó para no participar por considerarla fratricida. El acto inaugural de la escultura a Nazario fue protagonizado por los hijos, Helia González –presidenta del Ateneo Republicano que lleva el nombre de su padre- y Antonio –actor, director y fundador del grupo teatral ‘La Carátula’– así como por compañeros ideológicos y amigos del homenajeado, también ex-presidente de ARDE, cerrando el evento la intervención del alcalde, Diego Maciá. Un viejo luchador republicano colocó visiblemente emocionado una corona de laurel tras descubrirse la escultura, la placa conmemorativa y la altruista inscripción de un intelectual sudamericano íntimo correligionario de Nazario.

La expresiva danza con escenificación teatral de la joven nieta de Nazario González -vestida con la bandera republicana- emocionó tanto a los presentes, que muchos de ellos rompieron a llorar –la misma Helia no pudo contener sus lágrimas- cuando la actriz y bailarina representó el exilio de sus abuelos. Sonrisas de complicidad y solidaridad surgieron cuando en el broche final, la joven artista –en su papel de alegoría de la República, logró en un simbólico gesto participativo, que el público cruzara el umbral de los pilares de la escultura que representan el noble y bondadoso idealismo de Nazario,  en una simbiosis entre el pueblo y homenajeado. Merecido homenaje y brillante acto de exitosa asistencia a la figura de quien sin duda alguna fue un hombre bueno y respetado. Recordémosle como un ejemplo a seguir, por esa tolerancia que demostró en vida. In memoriam 

 Josep Esteve Rico Sogorb (hijo, sobrino y nieto de republicanos)

Grup Cultural Ilicità 'Tonico Sansano'

Escritor, periodista, blogger

 Tonico Sansano, un valor en alza

Publicado en diario La Verdad edición de Elche el 14 de junio de 2006

https://www.laverdad.es/alicante/pg060614/prensa/noticias/Elche/200606/14/ALI-ELC-243.html

Por Josep Esteve Rico i Sogorb

Tonico sigue dando que hablar. Continúa en el recuerdo, gracias a nuestra asociación y a unos cuantos ciudadanos de a pie, que juntos hemos logrado rescatarle del olvido y mantener su memoria viva. La vida y la obra del hijo del alcalde Sansanet -viejo socialista republicano de los históricos alineado con el sector de Rodolfo Llopis- son objeto de investigación de estudiantes de instituto que le escogen como tema de trabajo. Precisamente, el próximo lunes día 19 de junio se cumple el XVI aniversario de la muerte del poeta, músico y mecenas ilicitano Tonico Sansano, y sobre él, les contaré algunos aspectos inéditos. Hemos dejado pasar la fecha de nacimiento de Tonico Sansano para recordarla conjuntamente con la de su fallecimiento pues coinciden el mismo mes. Es sabido que nació en Elche el 1 de junio de 1899, en la calle entonces Ramón y Cajal -hoy Racó de Sant Jordi-, esquina a la calle Ángel, entre los barrios del Raval y la Pobla de Sant Jordi en una vieja casona ya desaparecida.

Llegó a mis manos, como todo un descubrimiento, el cuadernillo de apuntes de Tonico Sansano que usó en sus últimos años y hasta su fallecimiento. En esta libreta plasmó sus inquietudes y sus anhelos. Cabe destacar que todo el material es y está inédito. Escritos con su puño y letra, a mano, destacan dos manifiestos sociales en favor de la clase obrera y unas recomendaciones a los empresarios para que éstos sean tolerantes y se comporten humanamente con sus empleados. Asimismo, descubrí anotaciones musicales y posiciones de dedos en acordes, de sus clases de guitarra y bandurria para folk y fotos de los niños alumnos, hoy ya adultos. También localicé poemas dedicados a personajes ilicitanos, desde el punto de vista personal, por encima de toda tendencia política. Poesías irónicas y cómicas como la dedicada al médico, diputado y gran maestre masón ilicitano D. Julio María López Orozco a quien Tonico atribuye en el texto que fue a Barcelona a recoger un premio que le concedieron y que se debatía entre el amor y el capricho de dos mujeres, matizando que alguien de apodo Pedrera le llevaba por el camino de la amargura.

Poesías a su querido, admirado amigo y médico personal familiar, Jaime Latour, al igualmente doctor Andrés Brú, -a quien califica jocosamente de «médico afamado que recetaba firmando con medio apellido»- y a personajes ilustres ilicitanos tan variopintos como Alfredo Llopis, Carmelo Serrano, Juan Micó, Manuel Martínez Magro, José Pomares Perlasia, Manuel Pascual Urbán y Víctor Martinez Egea. Pero además, en el cuaderno de apuntes hay una canción de Navidad, dedicatorias, consejos y recomendaciones a su compañero profesor de bandurria, Manuel García; a los líderes de la derecha local y a los obreros de las fábricas; relatos intimistas, recetas del licor y la miel de dátil, un poema que le dedicó su amigo Molina, poesías a una sobrina por parte de la familia de su mujer y a querido sobrino Sergio, a quien apadrinó.

Si a alguien le tuvo Tonico en vida un especial afecto fue sin duda al médico de la familia, Jaime Latour. No sólo se granjeó su amistad sino que le idolatró hasta la casi veneración, confiando ciega y plenamente en él. Para Tonico, el doctor Latour no era un médico cualquiera sino un ángel milagroso.Y a decir verdad, en más de una ocasión le salvó la vida, sacándole de serios apuros o sustos que amenazaron su salud e hicieron peligrar su vida, eso sí, cogidos a tiempo. Pero esta confianza se vio alterada el día de su muerte al quedarse dormido tras la comida, sentado en su mecedora favorita. Su esposa, Josefina Castaño, durmió la siesta al mismo tiempo, y al despertar comprobó que Tonico, inmóvil, sudaba copiosamente. Llamó asustada a su sobrino, José María Peral Castaño -dueño de la tienda de tejidos de la calle Salvador situada bajo la vivienda- que abrazó a Tonico, percatándose que llevaba muerto unas horas al fallecer durante la siesta, por lo que al despertar la señora ya fue tarde. Josefina, aún esperanzada y tan ciega como su marido con Jaime Latour, ordenó a su sobrino que rápidamente avisara al médico, «perque és l'únic que pot salvar al tío Tonico». Personado el doctor, esta vez no pudo sacarle del apuro, de su último y definitivo apuro y certificó oficialmente el fallecimiento el dia 19 de junio de 1990.

En 2003, el Grup Cultural Ilicità hizo en el panteón familiar del cementerio viejo (calle Salvador, 12) una ofrenda de flores con los colores ilicitano, valenciano y republicano; en el XIII aniversario de su muerte, recitando poetas amigos como Baltasar Brotons, Luis Ibarra, Clara Fenoll. El pueblo apoyó con 300 firmas, petición para una calle, plaza o parque en su nombre, lo que aún aprobado, seguimos esperando. En 2004, nuestra entidad colocó placa conmemorativa junto a su nicho para la posteridad, que fue descubierta por el concejal de Cultura José Manuel Sánchez. Y ahora, en 2006, el Grup Cultural Ilicità invita a los ilicitanos a recordar al último romántico, ante su tumba, el próximo sábado 17, a las 11 de la mañana. Lo merece. Es ya un signo de identidad y su figura, un valor en alza. In memoriam Tonico Sansano.

Josep Esteve Rico i Sogorb

Grup Cultural Ilicità 'Tonico Sansano'

Grupo poético 'Abril 2005'.

Cónsul Comarcal de Movimiento Poetas del Mundo

Biógrafo de Tonico Sansano

 Julio María López Orozco y el 28 de Junio de 1931

Por Josep Esteve Rico Sogorb


Veintiocho de junio. Septuagésimo séptimo aniversario de aquellas elecciones generales a Cortes Constituyentes de la II República en 1931 en las que resultó elegido diputado por la provincia de Alicante el insigne médico ilicitano D. Julio María López Orozco. Un dato y una efemérides casi desapercibidas para la mayoría de la opinión pública, incluso para los republicanos, que suelen recordar otras fechas como el 14 de abril, por ejemplo, proclamación de la II República a consecuencia de las elecciones municipales del 12 de abril, dos días antes.

El hecho reviste su importancia socio-histórica, porque todo un personaje de Elche muy popular y querido como fue D. Julio, obtuvo su acta de diputado no solo en representación de su ciudad natal sino de toda la provincia entera, lo que demuestra el conocimiento que el pueblo alicantino tenía sobre su persona y su actividad pública además de probar el arraigo y la aceptación de las que el médico ilicitano gozó entre el electorado en ámbito provincial. No en vano fue presidente de la Junta Provincial de dicho partido.

Frente a demás candidatos oponentes y adversarios políticos, López Orozco consiguió 67.013 votos, siendo uno de los más votados, presentándose por el Partido Republicano Radical Socialista (partido del que fue presidente de la Junta Provincial de Alicante) y logrando la credencial número 361 del acta de diputado para la primera legislatura republicana que abarcó los años 1931 y 1933. Tomo posesión de su escaño el 12 de julio de 1931 pero juró o prometió el cargo quince días después, el 27 del mismo mes y del mismo año y causó baja como diputado en la disolución de las Cortes del 9 de octubre de 1933.

Hay que atribuirle con totales justicia, razón y méritos su contribución y participación en el logro de conseguir la creación del primer instituto de educación secundaria (entonces llamado de 'segunda enseñanza') en Elche. Sus intervención y colaboración fueron decisivas para tal hito histórico local al formar parte de la comisión representativa que el Ayuntamiento republicano ilicitano envió a primeros de septiembre de 1931 al Ministerio de Educación en Madrid para reclamar al ministro la creación del primer instituto de segunda enseñanza, una vieja aspiración y una necesidad a cubrir en Elche en aquel entonces que por fin fue hecha realidad al abrirse en enero de 1932 e inaugurarse oficialmente el 8 de febrero de 1932 por el alicantino Rodolfo Llopis, director general de Enseñanza Primaria, acompañado por el propio López Orozco y otros dirigentes socialistas y republicanos ilicitanos. Un acto oficial del que existe una foto en la que aparecen López Orozco y Llopis, entre otros.

Cabe destacar, entre otros méritos, que López Orozco formó parte de la Comisión Gestora de la Mancomunidad del Segura. Nacido en Elche en 1885 en el seno de una familia acomodada y burguesa, falleció igualmente en Elche el 7 de abril de 1970, a los 85 años. Hijo del abogado liberal Julio Mª López Martínez y de la maestra Herminia Orozco Chacón. En junio de 1908 terminó sus estudios de Medicina en la Universidad de Valencia y ejerció en el pueblo valenciano de Orcheta (provincia de Alicante). En 1909 se casó con la valenciana Esperanza Álvarez Llimoix con la que tuvo dos hijas, Herminia (1910) y Pilar (1913), ambas nacidas en Orcheta. En 1913 volvió a Elche y el 12 de octubre de ese mismo año, el semanario socialista Trabajo publicó el siguiente anuncio:  “Clínica Médico Quirúrgica de D. Julio María López Orozco. Canalejas (Corredera) num. 1. Consulta de Medicina y Cirujia  (sic)  general. Horas de 10 a 12 de la mañana. Gratis para los pobres los miércoles. Visita a domicilio. Se admiten igualas”. D. Julio fue uno de los ilicitanos más apreciados en su ciudad como médico de los pobres (hoy se le recuerda por no cobrar a quien no podía pagarle y por dejar el dinero de las medicinas en la almohada del enfermo sin recursos económicos).

En enero de 1914 se dio de alta en el colegio de médicos de Alicante y en julio fue nombrado médico municipal y titular de uno de los cuatro distritos en los que se dividía la ciudad. En los meses siguientes su mujer murió como consecuencia del tercer parto, por lo que quedó viudo a los 30 años. Casó en segundas nupcias con la ilicitana Asunción Manchón Navarro, hija de los acomodados, conservadores, derechistas y religiosos dueños hortelanos del popular 'Huerto de Manchón', que falleció en 1989 a los 87 años. Estos factores y el hecho de que López Orozco tuviera dos hermanas monjas terciarias carmelitas, Herminia y Josefa; influiría posteriormente en su favor junto con su bondad hacia los enfermos para evitar ser ejecutado en el franquismo. Al parecer, D. Julio y Dª Asunción tuvieron dos hijos.

López Orozco, bien joven manifestó hondamente los sentimientos y las ideas republicanas, diferenciándose de sus familiares. Humanista, filántropo e intelectual aunque aburguesado pero sumamente respetuoso con el prójimo sin menospreciar a nadie por cualquier ideal o condición (lo que motivó envidias de ciertos elementos de la misma burguesía ilicitana a la que él, pertenecía) su lema fue “hacer el bien sin mirar a quién” hasta ser reconocido como el “médico de los pobres de Elche “a quienes no cobraba sus servicios a domicilio e incluso daba dinero para medicinas. Ello le granjeó la simpatía y la admiración popular. Era frecuente verle con pajarita y traje, desplazándose en un carruaje tirado por mula o caballo (tartana o cabriolé), semicalvo pero con pocos cabellos negros como entradas laterales.

Su familia poseyó una casona y un bello huerto de palmeras, granados, naranjos y limoneros que él luego heredó y mantuvo hasta su muerte (el de Manchón, rebautizado posteriormente con su nombre); convertido hoy en plaza pública y jardín frente al Museo de la Palma (antes huerto de San Plácido) y cercano al Hotel Huerto del Cura.

Aunque escribió algunos artículos en la prensa ilicitana su primera actividad política conocida fue formar parte del comité de la Liga Antigermanófila, creada en Elche en abril de 1917. Tres años más tarde, en mayo de 1920, ingresó en la masonería, en la logia Constante Alona nº 8 de Alicante y cuatro años después, fue el venerable maestro de la logia Illice Constante nº 7 de Elche. Su prestigio personal probablemente facilitaría la reimplantación de la masonería en su ciudad, de la que su padre también había formado parte en las últimas décadas del ochocientos.  Según el primer  “cuadro lógico” conservado en el Archivo Histórico de la Guerra Civil de Salamanca, fechado el 30 de diciembre de 1926, la logia Illice Constante contó con 12 miembros, republicanos y socialistas en su inmensa mayoría y un anarquista. Al año siguiente eran 18 y 22 el año 1928. Oficialmente, la logia “abatió columnas” por falta de medios económicos el 22 de enero de 1935. Su dedicación a la masonería en los años de la Dictadura de Primo de Rivera debió ser intensa como prueba su presencia como delegado de la Logia Regional de Levante en las asambleas nacionales, sexta y séptima, celebradas en Madrid y Gijón los años 1927 y 1928.

Licenciado en Medicina General, fue miembro de la Real Academia de Medicina de Catalunya. Durante la Primera Guerra Mundial fue miembro de la Liga Anti germanófila. López Orozco co-fundó en 1927, junto a los dirigentes republicanos ilicitanos Manuel Lucerga y Manuel Tremiño, el Círculo Republicano de Elche, contando además con el apoyo del periódico local republicanista "Elche". A vez, presidió la Alianza Republicana Ilicitana.

En marzo de 1928 fue nombrado presidente de la Alianza Republicana de Elche y se convertía en el líder indiscutible del republicanismo ilicitano. En diciembre de 1930 fue encarcelado con motivo de las repercusiones en toda España de la sublevación militar de Jaca, junto a otros once republicanos y socialistas ilicitanos. El 26 de marzo de 1931 fueron liberados y recibidos como héroes. En las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 y dentro de la coalición republicana-socialista, era el candidato natural para ocupar la alcaldía en el marco del nuevo régimen político, hasta el punto de que los socialistas ilicitanos llegaron a ofrecerle la alcaldía. Incomprensiblemente no fue así, lo que permitió que fuera candidato al Congreso en las elecciones constituyentes de 1931 por las que fue elegido diputado por la provincia de Alicante en junio de 1931. Un mes antes, el 12 de mayo de 1931, según la declaración de la abadesa del convento ilicitano de las religiosas Clarisas <<“(…) las turbas asaltaron nuestra casa y en aquel momento de peligro se presentó D. Julio Mª López Orozco, que consiguió contenerlas e impedir el incendio; y bajo su dirección y en varios autos fuimos trasladadas todas las Religiosas y llevadas a casa de D. Antonio Hernández (q.e.p.d.) y de allí, siempre bajo su dirección nos distribuyeron y llevaron a sitios de seguridad”>>.

En 1929 fue uno de los fundadores del Partido Republicano Radical Socialista juntamente con Marcelino Domingo, Álvaro de Albornoz y Félix Gordón Ordás. Con motivo de la sublevación de Jaca (que se reprimió con la ejecución de varios fusilamientos) y en memoria de sus fusilados, López Orozco, junto a otros dirigentes, intervino como orador en un acto homenaje dando un emotivo y destacado discurso el domingo de ramos de 1931 en la Plaza de Toros de Elche, por lo que sufrió cárcel breve a los tres meses de dicha sublevación.

Encabezó la manifestación popular de más de 2000 personas por las calles de Elche que reclamaba la instauración de la República en las primeras horas de la mañana del día 15 de diciembre de 1930. Los manifestantes acudieron a su domicilio (en el huerto de su nombre o de Manchón, frente al hoy hotel Huerto del Cura) y sacándole en olor de multitudes le pidieron que fuera al frente, que llegara al Ayuntamiento y que proclamara la República junto a los dirigentes socialistas ilicitanos Juan Hernández Rizo y Manuel Rodríguez Martínez (futuros alcaldes en la República y Guerra Civil).

Esta revuelta resultó sofocada y López Orozco junto a los demás dirigentes, fue detenido y encarcelado en el Palacio de Altamira y posteriormente trasladado a la prisión provincial de Alicante, pasando a disposición judicial militar acusado de sedición.

Ante la presión popular, hubo una amnistía y a finales de febrero de 1931, (tras reabrirse la Casa del Pueblo y el Círculo Republicano, que habían sido clausurados por orden gubernativa a raíz de la revuelta) López Orozco, acompañado de los otros 11detenidos, fue liberado, realizando su entrada apoteósica triunfal en la Plaza del Ayuntamiento ante una multitud de más de 10.000 personas que aclamándole le siguió hasta los juzgados, donde definitivamente se le puso en libertad (al igual que los 11camaradas). Por ello, el día 27 de marzo fue declarado festivo por las sociedades obreras ilicitanas, bautizado como "Fiesta de la Libertad".

El martes 14 de abril de 1931 en Elche, se forma una manifestación popular en la Plaça de Baix frente al Ayuntamiento, durante la cual se coloca la bandera republicana en el balcón principal y es precisamente D. JULIO María López OROZCO quien dirige la palabra en un emotivo discurso desde el balcón al pueblo proclamando la República en la ciudad.

Además de su trabajo como diputado en las Cortes constituyentes de 1931, en 1932 fue nombrado vocal de la Confederación Hidrográfica del Segura y en febrero de 1933 fue elegido presidente de la Junta Municipal del Partido Republicano Radical Socialista. No conocemos su trayectoria como parlamentario pero sí merece la pena recordar que los años 1931-1933 fueron, en el caso de la ciudad de Elche, años enormemente fecundos desde un punto de vista educativo –colegios e Instituto de Enseñanza Media inaugurado en 1932 y clausurado en 1939-, cultural –la declaración del Misterio de Elche como Monumento Nacional en 1931 y la primera ley de Protección del Palmeral de 1933 o sanitario –la creación de la Casa de Socorro-. En todos estos aspectos, la intensa labor del único diputado ilicitano en las Cortes constituyentes nos parece  indudable.

En 1933 se estableció como médico en Madrid y solicitó su baja en el Colegio Oficial de Médicos de Alicante. En mayo de ese mismo año solventó  también un contencioso que las monjas Carmelitas tenían planteado con el Ministerio de Justicia, tal y como la superiora del colegio haría constar en su declaración favorable, firmada el 6 de octubre de 1939. En los años previos a la Guerra Civil sabemos que pasó de militar en el Partido Republicano Radical Socialista a hacerlo en Unión Republicana, pero sin el liderazgo que había tenido durante el primer bienio republicano.

Presidió como miembro de mayor edad y prestigio, el Comité Local de Refugiados de Guerra en Elche compuesto por 7 dirigentes (de CNT, UGT, PCE, PRRS y PSOE) que el Consejo de Ministros de la II República creó por decreto del 6 de noviembre de 1936.

El 20 de febrero de 1936 fueron incendiadas en Elche las cuatro iglesias más importantes –Santa María, San Juan, El Salvador y el convento de las Clarisas- así como asaltadas las sedes de los partidos derechistas. En ese mismo mes, en el propio domicilio de don Julio, puesto que tanto sus hermanas como sus dos hijas eran fervientes católicas, se reunió de forma secreta una comisión con la intención de poder restablecer el culto católico. Incluso un sacerdote depositó en su casa diversos objetos de culto. Iniciada la contienda, don Julio permaneció en Elche y su actividad más destacada fue presentarse como testigo de descargo en el juicio ante el Tribunal Popular de Alicante del también médico Joaquín Santo, lo que le fue reprochado en el semanario comunista Elche Rojo. Asimismo, el domicilio particular del ex diputado fue lugar de refugio para el sacerdote José Ruiz Tarí, quien en la posguerra declararía que allí se celebraron misas, tal y como corroboraría también Asunción Manchón Navarro, igualmente escondida en el domicilio de don Julio, declarando que “acudían gran número de personas que oían la Santa Misa y recibían los Sacramentos de Confesión y Comunión”. Otro incidente ocurrido durante la guerra fue la detención de su yerno, el también médico Joaquín Lucerga, el 6 de abril de 1938 y durante siete meses, por haber entregado 1.000 pesetas a un supuesto agente de Socorro Blanco, que acabó denunciando a todos los que le habían dado dinero, por lo que fue internado durante siete meses en el barco prisión Rita Sister de Valencia. Y no hubo más durante la guerra. La posguerra significaría para don Julio pasar hasta por cuatro procesos represivos.

López Orozco se colocó en la puerta principal de la basílica de Santa María junto a otros personajes ilicitanos de diversa ideología (entre otros, el concejal comunista Vicente Alcalde y el derechista jefe de Acción Católica Eloy Espinosa) el 20 de febrero de 1936 para intentar disuadir a los piquetes anarquistas de que no quemarán el templo sin lograrlo ya que el empuje de la multitud le arrolló; hecho éste que demuestra sus humanistas principios.

Cabe destacar que el momento del golpe militar del 18 de julio de 1936 López Orozco era el médico titular municipal de la Casa de Socorro, atendiendo por igual a todos los enfermos, sin mirar ideología ni condición alguna.

A partir del 2 de abril de 1939 cuando las tropas franquistas e italianas entraron en Elche y el Ayuntamiento fue ocupado por los vencedores, López Orozco de nuevo padeció detención.

Los ideales políticos republicanos le llevaron a evolucionar hacia la masonería, por su relación intrínseca y fue iniciado en 1920 en la Logia Constante Alona de Alicante, tomando el nombre simbólico de "Dieulafoy". Durante ese mismo año pasó a formar parte del Triángulo Masón “Illice Constante” de Elche del que fue presidente hasta el año 1924, fecha de la fundación de la Logia Illice Constante nº7 de Elche, de la que fue su Venerable Maestro hasta 1935, reuniéndose en la sala egipcia de la logia, sita en los bajos del palacio de la Calahorra.

Participó también en los Altos Grados, siendo miembro del Capítulo Lucentino donde alcanzó el grado 18º y dentro de las estructuras orgánicas de la masonería española fue Consejero Regional de la Gran Logia Simbólica Regional de Levante. Asistió a la VI asamblea nacional de la Masonería Española, celebrada en Madrid, en 1924, como delegado de la regional de Levante, y a la VII asamblea nacional, en Gijón, en 1928, en la que ocupó la vicepresidencia de la Mesa.

Vivió en primera persona el conjunto de la represión franquista:  juzgado y condenado en septiembre de 1939 por el Tribunal de Responsabilidades Políticas a una pena de 50.000 pesetas y ocho años de destierro (en marzo de 1941 se le perdonó el destierro pero no la multa, que se fijó en 35.000 pesetas, pagaderas en cinco plazos anuales de 7.000 pesetas);  juzgado y absuelto  por un tribunal militar en 1940, gracias a un buen número de hombres y mujeres que testificaron a su favor, después de haber estado encarcelado en Elche y Alicante entre el 28 de octubre de 1939 y  el 13 de noviembre de 1940; condenado en 1942 por el Tribunal de Represión de la Masonería y el Comunismo a 25 años de reclusión mayor (pena reducida a 12 años y un día por resolución del Consejo de Ministros), recluido en Alicante, Madrid y Burgos  entre el 24 de octubre de 1941 y el 7 de enero de 1945. Finalmente, pasó también por un proceso de depuración por el que el 28 de septiembre de 1945 se le autorizaba a ejercer como médico sin poder salir de su domicilio y, por fin, el 13 de junio de 1946, pudo trabajar, pero exclusivamente dentro del término municipal de su ciudad natal. Su entierro en 1970 fue el único homenaje que muchos ilicitanos pudieron brindarle.

Al destacar por todos estos méritos, como arriba antes he citado, el franquista Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y del Comunismo, le condenó según sentencia “a veinticinco años de reclusión mayor” aunque por buena conducta y merced a la presión que hicieron muchos ilicitanos (algunos pocos incluso destacados franquistas) agradecidos por sus buenas obras y su benévola actitud altruista como médico ejemplar, se le rebajó la pena a 12 años.

También sufrió un destierro en Galicia y Asturias y al parecer su corazón se debatió entre el amor a dos mujeres, siendo una de ellas más joven que él, situación por la que el poeta ilicitano Tonico Sansano le dedicó un poema.

Don Julio siguió en su casa una vez terminada la guerra y la primera citación la recibió el 28 de septiembre de 1939, cuando se le comunicó que debía presentarse ante el Juzgado Provincial de Responsabilidades Políticas ([7]). El juez provincial, Manuel Mingot Tallo informó de la “enorme responsabilidad moral y política del inculpado· y del “daño terrible causado a la Patria”, por ese sector “Masónico-burgués-Liberaloide y comunistoide al mismo tiempo”, con lo que, siguiendo el espíritu de los cruzados combinaba, sin ningún rubor, dos realidades tan incompatibles como la masonería y el comunismo. Resaltó también que la protección a los católicos fue por la influencia de sus familiares directos y no por su propia iniciativa. A pesar de contar con un buen abogado, el letrado valenciano Joaquín Rosell Burguete, el médico ilicitano fue condenado  a la pena de ocho años de destierro y multa de 50.000 pesetas. El 8 de octubre de 1939 presentó una declaración jurada de bienes por un valor total de 93.250 pesetas (cinco viviendas urbanas, una propiedad rural y mobiliario). El 18 de diciembre de ese año le fueron embargados todos sus bienes inmuebles y el 24 de octubre de 1941 firmó ante notario la hipoteca de su domicilio habitual en la plaza del Generalísimo, como garantía del pago de la multa, costas y gastos por valor de 40.000 pesetas.

El 26 de octubre de 1939, tres falangistas ilicitanos –dos de ellos de 24 años de edad-, lo denunciaron en los siguientes términos: “(F.C.S., I.C.M y M.D.V…en aras de la Justicia, exponen que: JULIO MARÍA LÓPEZ OROZCO de 56 años de edad, viudo, profesión medicina (sic), domiciliado en la calle Canalejas, este individuo es completamente desafecto al Glorioso Movimiento Nacional-Sindicalista. Fue fundador y Presidente de la llamada Alianza Republicana en las elecciones de Abril del año 1931. Presidente del Partido Radical-Socialista, Alcalde de Elche en el año 1931 hasta que le vino el acta a Diputado a Cortes, en representación del Partido Radical-Socialista. Fue Vice-presidente del Consejo Nacional de Unión Republicana. Formaba parte de la Comisión Hidrográfica del Segura. Días antes del advenimiento de la nefasta República, encabezó la manifestación juntamente con Manuel Rodríguez Martínez, dicha manifestación fue disuelta por la Fuerza Pública por no tener la necesaria autorización del Poder Constituido. A raíz de este incidente fue encarcelado. En el año 1931 encabezó la candidatura extremista, siendo elejido (sic) concejal por Elche. Este citado JULIO MARÍA LÓPEZ OROZCO tomó parte como orador en diferentes mítines en locales y en plena calle. Este individuo con su propaganda izquierdista es el que ha inducido al Pueblo poco a poco a que cometiese los desmanes de toda índole que se han efectuado en Elche, en ocasión de venir por esta provincia el ministro de la República “Albornoz” (sic) el citado Julio María López Orozco dio alberge (sic) oficial al citado ministro rojo. Según documento que acompañamos el ya citado JULIO MARÍA LÓPEZ OROZCO pertenece a la Logia masónica Illice Constante n. 7, en la que ocupa el cargo de VENERABLE MAESTRE (sic). Durante el Glorioso Alzamiento Nacional fue Director de los Hospitales de Sangre que tenia montado el Socorro Rojo Internacional en Elche y él fue quien organizó su funcionamiento, fue vocal del Comité de Defensa Pasiva contra Aeronaves, siendo muy activo y encargándose de la comisión sanitaria de dicho comité. Y para que conste firmamos y rubricamos en la Ciudad de Elche a veintiséis de octubre de mil novecientos treinta y nueve. Año de la Victoria”. A partir de esta denuncia, con falsedades como la alcaldía que le adjudicaron y de los informes del Servicio de Información e Investigación de F.E.T. y de las J.O.N.S de Elche (conceptuación religiosa: “masón”; conceptuación de su vida pública: “buena”; conceptuación de su vida privada: “mala”) y de la policía gubernativa (“escasez de oratoria” (?) y que “defendió a sus compañeros de profesión durante la guerra”), un buen número de personas declararon a su favor y consiguieron entre todos la absolución del procesado.

El tribunal militar que le juzgó en Alicante el 13 de noviembre de 1940 recogió los testimonios favorables hasta el punto que juzgó la actuación del médico ilicitano como “una conducta inmejorable” y no consideró delito alguno, por lo que resolvió “absolver libremente al procesado”, pero remitiendo su caso a los tribunales de Responsabilidades Políticas y de Represión de la Masonería y el Comunista. La magnanimidad en este caso, porque no fue desde luego habitual que un diputado republicano pudiera ser absuelto, se explica porque el tribunal militar sabía perfectamente que la Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo le condenaría sin ningún género de dudas. No era necesario, pues, duplicar una condena de cárcel.

El 28 de mayo de 1940, don Julio presentó una declaración de retractación como masón ante el Gobierno Civil de Alicante. Como era preceptivo por la ley, denunció nada menos que a 21 masones ilicitanos, una nota tan infamante como gratuita puesto que se trataba de ofrecer los nombres de masones que ya estaban todos y cada uno de ellos a disposición de las autoridades franquistas, en la medida en que habían requisado la documentación interna de las logias. Además de la denuncia inevitable de antiguos compañeros, el médico ilicitano añadió en esa misma fecha la siguiente reflexión: “Mi opinión sobre las actividades de la Masonería –respetando la de quienes en la actualidad le dan tanta importancia- es, que se trata de una ñoñez, o que caso contrario hemos estado en Babia la inmensa mayoría de los masones”. Su defensa se basaba en que a partir de 1933, lo que no pudo demostrar documentalmente, se convirtió en un masón “durmiente”. Como en tantos otros casos, don Julio y de ahí su apelación a la “noñez”, utilizó la masonería como instrumento político para luchar por la República y reemplazar la monarquía de Alfonso XIII, incapaz de avanzar por la democratización y modernización de España. Una vez implantada la República, la masonería dejó de suscitar interés para quienes, como en el caso de nuestro biografiado, le movía el cambio político y no otra cosa. El Tribunal que le juzgó en Madrid, el 6 de julio de 1942, presidido por el general Saliquet le condenó a 25 años de reclusión mayor y accesorias de “interdicción civil y de inhabilitación absoluta perpetua para el ejercicio de cualquier cargo del Estado, Corporaciones Públicas y Oficiales, Entidades subvencionadas, Empresas concesionarias, Gerencias y Consejos de Administración de Empresas privadas, así como cargos de confianza, mando y dirección de los mismos, quedando separado definitivamente de los aludidos cargos”. El tribunal justificó la sentencia por el grado 30 alcanzado en la masonería y por haber participado en asambleas nacionales. También se le adjudicó, falsamente, su pertenencia al Partido Socialista Obrero Español, cuando había militado exclusivamente en el Partido Republicano Radical Socialista y, posteriormente, en Unión Republicana.

Así pues, don Julio ingresó por segunda vez en la prisión de Alicante el 24 de octubre de 1941. El 15 de diciembre del mismo año pasó a la cárcel de Porlier en Madrid y el 11 de enero de 1943 fue conducido a la prisión de Burgos, de la que saldría en libertad el 7 de enero de 1945. En estos años, la defensa del médico ilicitano quedó en manos de su segunda mujer, Asunción Manchón Navarro, quien asumió los pagos anuales de 7.000 pesetas, el pago del abogado y cuantas gestiones fueron necesarias para poner en libertad a su marido. El 31 de diciembre de 1942 presentó en el registro general de la Presidencia del Gobierno ocho avales de otros tantos ilicitanos bien considerados por la Dictadura y consiguió que el Consejo de Ministros redujera la condena a 12 años y un día. Intentó también que el embargo de los bienes inmuebles de su esposo quedara limitado a la casa hipotecada pero no al resto. Y siguió intentándolo todo. En la documentación conservada por la familia leemos una carta escrita por el capellán de la Casa Militar de S. E. el Jefe del Estado y Generalísimo de los Ejércitos el 21 de diciembre de 1944, en la que agradece a su esposa Asunción Manchón “la caja de cigarros”, le desea  unas felices pascuas a pesar del “poco éxito de nuestras gestiones”. No sabemos si los puros sirvieron o no, pero pocos días después don Julio salió en libertad condicional.

Recobrada la libertad y sujeto a prisión domiciliaria, el matrimonio se sometió a una última prueba: volver a ejercer la medicina. El 12 de septiembre de 1945, su mujer y no él, ella había estado en la cárcel durante la guerra, solicitó que pudiera ejercer su profesión por “su estado de salud y dado que su situación económica se agrava notablemente por los cuantiosos gastos que esta situación le ha acarreado”. El 28 de septiembre de 1945 recibió la comunicación de la policía gubernativa por la que se le autorizaba a ejercer la medicina pero sin salir de su domicilio. En diciembre de 1945 solicitó su reingreso en el Colegio de Médicos de Alicante y el 19 de enero de 1946 recibía la contestación: “Inabilitación (sic) para ocupar cargos directivos o de confianza en la organización y en corporaciones de índole médica o Sanitaria”, con 15 días para recurrir el fallo. El 21 de enero solicitó que la prisión atenuada en su domicilio se convirtiera en libertad condicional para poder ejercer como médico en la ciudad y en el campo de Elche. El 27 de marzo de 1946 de nuevo Asunción Manchón solicitó a Franco el indulto de su marido, con 61 años y una úlcera de duodeno. Y, por fin, el 13 de junio de 1946 el capitán de la Guardia Civil en Elche le comunicó que podía ejercer la medicina, eso sí, sin salir del término municipal.

Hubo, además, algún castigo añadido como el ser rechazado como socio del Casino y, sobre todo, un exilio interior que le convirtió poco menos que en un excelente profesional pero absolutamente invisible en la ciudad. Como contó uno de sus colegas, el médico ilicitano Jaime Latour Brotons, en una ocasión, el también médico Manuel Pascual Urbán, presidente de la Cofradía del Nazareno, ligada tradicionalmente a profesionales de la sanidad, le mandó a don Julio un recibo para que se convirtiera en penitente. Don Julio contestó con los siguientes versos:  “Este Urbán es un guasón / me llama penitente / y sabe porque lo dice la gente / que yo soy un masón”. 

Su muerte, a los 85 años, el 7 de abril de 1970, se convirtió en un acto multitudinario, como homenaje a uno de los ilicitanos más apreciados de su tiempo pero también en un acto de indudable carga política, con la ausencia clamorosa de la Corporación municipal franquista. El periódico Información de Alicante, de la cadena del Movimiento, se hizo eco de la “imponente manifestación de duelo” pero no aludió para nada a la biografía políticamente incorrecta de Julio María López Orozco. La implantación de los ayuntamientos democráticos significó también la recuperación de su memoria con un jardín, un colegio público y un monumento en su ciudad natal. Cuarenta y dos años después de su muerte, hora es de situarle en el lugar que le corresponde: sin duda, uno de los ilicitanos más relevantes del siglo XX.

Sus restos mortales reposan en un nicho junto a los de su esposa, en un rincón escondido de la vista exterior, en la pared lateral derecha del panteón nº 26 de las familias López y Manchón ubicado en la calle San Sebastián del cementerio viejo de Elche.

D. Julio dejó su huella masónica hasta después de muerto en su propio panteón. El suyo es el único de todo el cementerio que arriba del número en la fachada muestra una inscripción y una imagen sobre losetas de cerámica de simbolismo y significado masónico que representan la muerte terrenal y el tránsito al Mas Allá o resurrección: una calavera con sus tibias cruzadas y una leyenda que más o menos dice 'Al menos dile un requiescat a tu amigo o deudor un día que hoy cubre esta la losa fría...'

López Orozco tiene a su nombre un colegio, un instituto y una plaza con jardín (zona verde) y huerto de palmeras, en Elche, su ciudad natal. En mayo pasado, el Grup Cultural Ilicità donó al Museo de Pusol el cuadro al óleo con el busto de López Orozco pintado por el artista local apellidado Campello que le regaló María Galiano (hija de los ex caseros de aquel y dueña del restaurante San Plácido y del huerto del mismo nombre hoy Museo de la Palma) para su restauración y exposición.

La biografía de este personaje ilicitano, menudo pero grande de corazón, mente y espíritu; no está acabada. Lagunas y escasez de datos escritos (salvo los registrados en el Tribunal contra la Masonería y en el Archivo de Salamanca), lamentablemente sólo se auxilian con la aportación insuficiente aunque elogiable, de datos vox pópuli por aquellos que le conocieron en vida. Quizá algún día se logre enhebrar e hilvanar todos esos retazos con la publicación de una completa biografía.

De momento, el recuerdo al 77 aniversario de las elecciones constituyentes republicanas a las que tanto le debió López Orozco por permitirle representar al pueblo no sólo ilicitano sino también alicantino, sirva como adelanto de esa posible futura biografía completa y cual homenaje a uno de los más importantes personajes de Elche y provincia del siglo XX digno de ser estudiado e investigado puesto que posee aún aspectos inéditos por descubrir. Gracias, 28 de Junio de 1931. In memoriam López Orozco.

Fuente:  Datos extraídos de aquí:   

https://memoriarecuperada.ua.es/archivo-semblanzas/lopez-orozco-julio-maria/

Según artículo escrito por Miguel Ors Montenegro, 

director de la Cátedra Pedro Ibarra de la Universidad Miguel Hernández de Elche