"Ni el Poder ni la Gloria". Blog de Josep Esteve Rico Sogorb

Artículos de opinión e investigación sobre Historia, Lengua, Literatura, Arte, Cultura, Política, Sociedad, etcétera. La mayoría publicados en medios de comunicación en papel y digitales de todo ámbito territorial tanto en España como en el extranjero
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lunes, 2 de abril de 2012

6 de Mayo o 'Día de la Madre'

Hoy es el 'Día de la Madre' en todo el Estado Español. El mes se inicia con esta festividad diaria en homenaje a las Madres. Vaya mi recuerdo a todas ellas. Aunque bien mirado, debería ser todos los 365 días del año, el 'Dia de la Madre' y no solo una vez anualmente: el primer domingo de mayo porque se merecen un reconocimiento diario constante y no esporádico.

Esta maternal celebración tiene origenes remotos incluso paganos, anteriores al Cristianismo. Las primeras celebraciones del Día de la Madre se remontan a la antigua Grecia, donde se le rendían honores a Rhea, diosa de la Fecundidad-Maternidad-Fertilidad pero sobre todo, por ser la madre de los dioses Zeus, Poseidón y Hades, entre otros.

Los romanos llamaron a esta celebración 'La Hilaria' cuando la adquirieron de los griegos. Se celebraba el 15 de marzo en el templo de Cibeles y durante tres días se hacían ofrecimientos coincidiendo con el equinoccio primaveral, mes de la fertilidad, del florecimiento y renacimiento de la Naturaleza.

Los primeros cristianos transformaron estas celebraciones a la Diosa Madre en honor a la Virgen María, la madre de Jesús.

Y asi se vino celebrando el 'Día de la Madre' a lo largo de los siglos en la Cristiandad.

Ya en la Edad Contemporánea unos hechos modificaron la celebración para siempre. Sucedieron a mediados del siglo XIX en Estados Unidos y por autoría de Anna Jarvis, activista comunitaria pacifista de Virgina Occidental que hacia 1858 tuvo activa participación en la organización de las mujeres para trabajar en la mejora de la sanidad pública en las comunidades apalaches durante la Guerra Civil de Secesión, colaborando también en el cuidado de los heridos de ambos lados de la contienda y, más tarde, organizando reuniones para que los antiguos enemigos se integraran y confraternizaran.

Anna, que perdió a su madre en 1905 con quien estuvo muy unida, sufrió así un duro golpe que la llevó a gestar la idea de una celebración en homenaje a la figura de la Madre. Comenzó a enviar cartas a políticos, abogados y otras personas influyentes solicitando que se consagrara Día de la Madre el segundo domingo de mayo, el cual algunos años coincidía con el aniversario de la muerte de su madre.

Para 1910 ya se celebraba en muchos estados, y en 1912 logró que se creara la Asociación Internacional Día de la Madre con el objetivo de promover su iniciativa. Finalmente, en 1914, el Congreso de Estados Unidos aprobó la fecha como el Día de la Madre y la declaró fiesta nacional, lo cual fue apoyado por el Presidente Woodrow Wilson. Más tarde otros países se adhirieron a esta iniciativa y pronto Anna pudo ver que más de 40 países del mundo celebraban el Día de la madre en fechas similares.

Sin embargo, la festividad impulsada por Anna Jarvis comenzó a mercantilizarse, de manera tal que se desvirtuaba el origen de la celebración. Esto motivó a que Ana presentara una demanda, en 1923, para que se eliminara la fecha del calendario de festividades oficiales. Su reclamo alcanzó tal envergadura, que hasta fue arrestada por disturbios durante una reunión de madres de soldados en lucha, que vendían claveles blancos, el símbolo que Anna había impulsado para identificar la fecha.

Ana luchó con insistencia contra la idea desvirtuada que ella misma había impulsado, perdiendo todo el apoyo de aquellos que la acompañaran inicialmente. En un reportaje que le hicieron antes de su muerte Ana mencionó su arrepentimiento por haber impulsado el Día de la Madre debido a que se desvirtuó el carácter sentimental inicial o fundacional derivando en un excesivo y descontrolado materialismo y mercantilismo comercial.

Este aspecto es algo que sigue ocurriendo en la actualidad aún incluso más exagerado.Tal vez habría que espiritualizar, despaganizar y desmercantilizar retornando un tanto el Dia de la Madre a su origen. Porque, una buena madre –que se sacrifica diariamente dando mucho y recibiendo poco- más que joyas y obsequios; necesita afecto y cariño. Un beso, un abrazo, una tierna mirada de sus hijos o un ‘te quiero’ son los mejores regalos para una madre. A vosotras, Madres. Con todo mi incondicional afecto.

Josep Esteve Rico Sogorb

Comuniones

Ya estamos en mayo. El mes por antonomasia de los trabajadores, de las flores –y de las alergias, que todo hay que decirlo- de la Virgen María y de las andaluzas Cruces. En el sur de nuestra Comunitat Valenciana o provincia de Alicante solemos más bien recordar a San Pascual Bailón el día 17 –con su feria o ‘porrat’- festivo en aquellos municipios donde el fraile estuvo y dejó huella como Elche, Aspe, Orito, Monforte del Cid, Novelda y Alicante, entre otros

Pero si en algo destaca este mes de mayo es precisamente en cuanto a Primeras Comuniones. Todos los fines de semana de mayo, principalmente los domingos, se celebran desde tiempos inmemoriales las ceremonias de la primera eucaristía para niños y niñas. Que quieren que les diga, sino que respeto enormemente al prójimo en cuanto a la libre elección de hijos y padres, de llevar a cabo o no, la 1ª Comunión.

Pero, no me parece bien que un niño o una niña, en el fondo, desee hacer la Primera Comunión por mor de regalos, banquetes y de lucir trajes de marinero, almirante, de novia o de ‘princesita sissi’. Si estas sensaciones las tienen la mayoría de ellos, si es asi como valoran un acto ritual y serio de compromiso doctrinal para con la religión católica, es que algo falla en el sistema. Los niños de tan temprana edad carecen de opinión y de convicciones propias. Son el reflejo de los padres y repiten lo que éstos les inculcan. Asi que, el desmesurado materialismo que muestra la mayoría de la chiquillada comulgante, se debe a sus progenitores, que suelen ser malos y nulos practicantes y que incluso siendo ateos o anticlericales deciden que sus retoños hagan la 1ª Comunión, ‘porque es tradicional, los demás -vecinos, amigos- también la hacen, hay muchos regalos, se luce un bello caro traje o vestido y se producen alegría e ilusión junto a la juerga en el banquete donde reunimos a la familia’.

Lo más penoso de todo esto es que muchos de los padres se empeñan y se endeudan hasta las cejas con préstamos y créditos durante varios años para pagar todos los gastos y costes de una 1ª Comunión que llega a ser casi tan cara como una boda. Si los padres pueden pagarlo, allá ellos, pero las familias que no llegan a final de mes y no se privan de tales ‘extras’, pasan dificultades, por lo que deberían ser más humildes y evitar calentar el endeudamiento familiar en la economía de una provincia como la nuestra donde acaba de subir el paro, han cerrado cientos de empresas y se han destruido miles de empleos.

Con menos materialismo y más sentido común se puede realizar una sencilla pero modesta 1ª Comunión sin faustos ni ostentaciones opulentas. El niño o la niña que comulgue lo vivirá igual de emotivo e ilusionante, reduciremos el endeudamiento familiar y quienes comulguen lo harán por convencimiento religioso. Y fíjense si todo esto es serio, que hasta la mismísima Iglesia –que también sabe de lujos y derroches- ha alertado sobre el problema. Por algo será.

Por Josep Esteve Rico Sogorb