Los poetas ilicitanos Ángela Díaz, Conchita
Rivera, José Manuel Sanrodri y Eva Palenzuela recitaron una selección de sus
mejores poemas en la tetería 'La
Tartana' de Elche los pasados jueves 18 y 25 abril
respectivamente, en el sexto y el séptimo de los recitales poéticos "Entre
Versos e Infusiones" del ciclo "Los Jueves de La Tartana" que lleva a
cabo la Agrupación
Ángela y Conchita son hija y madre. Ambas
comparten la pasión por la poesía y la literatura en general. La primera ya
tiene publicados dos poemarios y un libro en prosa poética y la segunda está
preparando la edición de su segundo poemario tras agotarse el primer libro de
poesía que publicó hace pocos años.
Inició el recital Conchita Rivera, la más
veterana, recitando algunos poemas en rima, de los nuevos que saldrán en su
próximo segundo libro. Aunque más que recitar, escenificó e interpretó con un
destacado vozarrón, haciendo gala de sus dotes como actriz ya que pertenece a
un grupo teatral. Tocó principalmente las temáticas del amor, de la familia, de
la amistad, aunque también el paisajismo localista cantando a las excelencias
de nuestra ciudad, Elche. Terminó su recital con un poema en el que dio
consejos a la juventud de cómo ir por la vida.
A continuación, Ángela Díaz, su hija, recitó
principalmente varios poemas de su primer poemario titulado
"Disparatemas" y después recitó textos de su último libro "3
cartas a Michel y 12 para mi misma", resultando ser cartas intimistas y de
amor impregnadas de mucha dulzura pero estéticamente de aspecto multicolor con
imágenes de la pintora ilicitana Laura Guillén.
Por último, concluyó su intervención recitando un poema suyo de los más
antiguos, sacado como del baúl de los recuerdos, haciendo un canto a la vida,
al amor y la felicidad poniendo énfasis en la necesidad de ser libre.
Al siguiente jueves, día 25 de abril, les tocó el
turno a los poetas ilicitanos José Manuel Sanrodri y Eva Palenzuela. Comenzó el
primero recitando poemas inéditos de su ‘cosecha’ más reciente con voz
emocionada y trémula. Sorprendió su cambio en el estado de ánimo personal y en la
intensidad de los poemas, pues se mostró al público más calmado si cabe, aunque
más profundo y reflexivo que hace unos años, cuando se dio a conocer con sus
primeros libros de poesías enérgicas, con fuerza y pasión. La mayor parte de
las poesías que recitó fueron dedicadas a sus seres queridos que fallecieron,
destacando aquella que leyó en homenaje a su abuelo el empresario ilicitano Joaquín
Pérez Gómez, muy querido por los ilicitanos y apodado “El Limpia” por su
inicial trabajo de niño como limpiabotas. Emocionado y sensible, Sanrodri
terminó su recital con el poema que, quizá, le haya hecho más conocido en el
mundillo literario local: la poesía dedicada a su hermano tristemente
fallecido. Un poema que habla de la huella que éste le ha dejado al poeta, de
su recuerdo y de su ausencia. Poema que fue muy aplaudido por el público.
Eva Palenzuela, por su parte, recitó intercalando
o alternando sus poemas de amor, de juventud y algunos sociales, con su
compañero Sanrodri. Ambos se intercambiaron recitando a turnos. Incluso
improvisaron un juego con el público en un intento de hacerle partícipe y de
complicidad, cosa que lograron: implicaron a los presentes a escribir frases
sueltas individualmente en un folio de forma espontánea para después hilvanar o
encadenar esas frases hasta componer un poema completo que luego fue leído. Un
poema que provocó risas y gestos de admiración debido a la proliferación de
frases graciosas pero también de frases literarias de suma belleza poética.
Y eso fue todo. El rato resultó agradable. Hasta
la próxima.
Josep Esteve Rico Sogorb