SOBRE LA LEY DE LA MEMORIA HISTORICA
Por Josep Esteve Rico Sogorb
Publicado en web-blog-foro de Historia Inmediata
https://h-debate.com/wp-content/old_debates/Spanish/historia%20inmediata/memoria/51.htm
La Ley de la Memoria Histórica ha salido del trámite parlamentario pero
envuelta de polémicas y debates. Es lógica esta situación cuando sus contenidos
e intenciones afectan a las personas, a sus vivencias, a sus recuerdos, a sus
parientes, a un conflicto bélico-fratricida y a diferentes formas de pensar.
Que la idea de esta ley es buena, no lo dudo y hasta la defiendo, aunque tal
vez el momento actual y el procedimiento o tratamiento de los partidos son
cuestionables. Esta iniciativa legislativa venía demandándose desde años atrás
principalmente por un amplio sector progresista comprendido por republicanos,
socialistas, comunistas y un largo etcétera, sobre todo por las asociaciones
cívicas de familiares de las víctimas del bando a favor del gobierno legítimo
republicano tanto en la guerra civil como en la posterior represión de la
dictadura franquista.
Cabe destacar o matizar de estas víctimas, que además de militares que
murieron en el frente, hubo muchos civiles -niños, ancianos y mujeres,
mayormente- que defendieron sus ideales y la legalidad vigente sufriendo
penalidades como juicios sumarísimos por 'tribunales' castrenses -qué
incongruencia, militares juzgando a civiles aplicando ordenanzas de un ejército
golpista en lugar de leyes civiles- procesos irregulares y amañados carentes de
garantías jurídicas y de derechos -algunos juicios incluso sin abogado
defensor- cárcel, tortura y ejecuciones de muerte. Precisamente, esas
irregularidades jurídicas demuestran la falsedad, la falta de transparencia y
la actuación fuera de la ley de aquellos juicios. No es posible devolver la
vida de las víctimas pero si declarar 'nulos' e 'ilegales' los procesos de los
tribunales franquistas y resarcir del olvido a quienes defendieron unos nobles
ideales y la legalidad gubernamental del momento. Eso es lo que en mayor medida
se pretende con la Ley de la Memoria Histórica. El vencedor bando franquista
gozó de suficientes privilegios y reconocimientos. Justo es que ahora el bando
de los vencidos tenga su reconocimiento.
Ahora bien, aunque en el preámbulo se alude a víctimas ideológica y
religiosamente de derecha católica a manos de los republicanos -más bien
anarquistas y algunos comunistas-, la mención textualmente parece insuficiente
y demasiado leve o sutil, casi superficial. Al Partido Popular parece no
agradarle -tampoco le gusta la ley entera, habría podido si hubiese querido,
enmendarla entera con una enmienda a la totalidad- porque cree que no se recoge
la casuística de quienes padecieron y murieron por apoyar el golpe de estado
franquista, por no ser republicanos, por su fe y devoción confesional o por
pertenecer a la Iglesia católica. Igualmente, de forma global, para el PP, la
ley de la Memoria Histórica abre viejas heridas y vulnera el espíritu de
concordia y de paz de la transición. En este sentido, Rajoy y los suyos se
equivocan. La ley no atenta contra los logros de la transición. Es una excusa
del PP para no reconocer en público su originario pasado filogenético
franquista. Cierran los ‘ppopulares’ los ojos para no ver -como los monos de
Gibraltar- desviando la atención con el asunto de la transición y negándose a
equilibrar la memoria histórica -que estaba 'coja' a causa de la única
aportación del recuerdo de los vencedores- con el reconocimiento a las victimas
republicanas. Y no sólo esto, el PP no presentó propuestas para 'enriquecer' el
borrador de la ley, ni siquiera negoció con el Gobierno socialista de Zapatero
aunque se empeñe en culpar a éste de no ofrecerle la posibilidad de negociar y
consensuar el texto.
Si se hubiera deseado cerrar definitivamente cualquiera de las heridas
o equilibrar, habrían de estar en el texto las víctimas de ambos bandos, sin
excepciones, sin exclusiones. La ley debería asimismo reflejar y reconocer más
explícitamente -no sólo en el preámbulo, también en el articulado- a aquellos
religiosos y seglares católicos víctimas inocentes de piquetes revolucionarios
que sufrieron y murieron únicamente por llevar sotana o hábitos, por pertenecer
a una orden religiosa e incluso por tener fe y devoción. Haberlos los hubo.
Junto a estas víctimas se pueden contar campesinos minifundistas por el mero
hecho de tener un trozo de tierra de su propiedad e ir a misa los domingos. Si
la Constitución de 1978 -mejorable y reformable, monárquica si, prefiero una
republicana pero es la que existe vigente y hemos de aplicarla- reconoce que
nadie debe sufrir discriminación entre otras cosas por razones de ideas,
creencias u otros aspectos personales; la citada ley de la Memoria Histórica
-que no puede vulnerar la Carta Magna ni sobrepasarla- no ha de discriminar a
nadie defendiendo a las víctimas de los dos bandos. Frente a las posturas
extremas de PP y PSOE -que apoya reconocer a los terroristas etarras en el
texto, lo que no me parece idóneo- habría cabido una tercera solución
intermedia o centrada. Para lograrla, el Gobierno tendría que haber, concretado
más su posición aceptando claramente a las víctimas religiosas y conservadoras,
tendido la mano a la oposición y admitido enmiendas. Y el Partido Popular -a
pesar de ceder en 'desderechizar' el Valle de los Caídos- tenía que haber,
condenado públicamente el golpe franquista contra el gobierno legítimo
republicano, aceptado la legalidad de éste, renunciado a su pasado franquista,
presentado enmiendas participando en el texto definitivo de la ley y negociado
consensuándola con el Ejecutivo. Tarea de ambos -gobierno y oposición- y demás,
que la ley no resulte parcial, porque, era posible una ley para todos. Si el PP
hubiera querido, claro...
Por Josep Esteve Rico Sogorb,
nieto, sobrino e hijo de republicanos represaliados
Escritor, blogger, periodista