Maragall, ¿un lobo con piel de cordero?
Por Josep Esteve Rico Sogorb
(Publicado el 9/9/2003 en diario Aragón Digital
http://historico.aragondigital.es/noticiaImprimir.asp?notid=11000

En mi pueblo, a eso que está haciendo Maragall se le llama "marear
la perdiz". Disfrazar las cosas. ¿Ponerse piel de cordero encima de su
pellejo lobezno? Pero no nos engaña: "te conozco, bacalao, aunque vengas
disfrasao", y... aunque la mona -¿o lobo?- se vista de seda -o de ovejita-
pues eso... mona... se queda. Tras la lluvia de críticas dentro y fuera del
partido, unida a las protestas de muchos ciudadanos a su devoradora propuesta,
ahora, el ambicioso Maragall (aspirante a presidir la Generalitat, es decir, a
"molt honorable") ha variado la forma de presentar su plato. Lo ha
adornado suavizándolo. Ya no lo llama como en el inicio "territorios
hispánicos de la antigua Corona de Aragón" (ni siquiera se atreve a
mencionar aquello de "països catalans", por el rechazo que produce)
sino que ahora, en estos últimos días, sonrisa bigotuda en ristre, se nos
presentó con el ornamento denominativo "MACROREGIÓN EUROPEA, o
EUROREGION" añadiendo territorios del sur de Francia, sin atreverse con
Nápoles, Sicilia, Toscana, Cerdeña, etc. (que también están en el Mediterráneo,
pertenecieron a la Corona de Aragón y, ya puestos, igualmente podrían estar en
este u otro proyecto de euro-región)
¿A qué santo viene este cambio de estrategia en su proyecto? Maragall
no es tonto. Hará todas las variaciones de forma necesarias. Suavizará todo lo
que haga falta su idea para ir lentamente convenciendo a la opinión pública,
para ir venciendo resistencias y dudas, de manera que pueda ir calando y
ganando adeptos. Para que se hable de él, para convertirse en el hombre fuerte
de Cataluña, superar a Pujol cuando ya ha cumplido su etapa atreviéndose a
intentar al menos lograr ese proyecto que Jordi no pudo ejecutar. Al margen de
connotaciones de imperialismo pancatalanista (que existen de fondo aunque
Maragall las oculte disfrazándolas) las razones que el líder del PSUC ha
esgrimido recientemente para justificar el proyecto, los motivos que defiende
como "benignos y positivos para el desarrollo socio-económico,
empresarial, etc." de las comunidades autónomas que ha implicado en el
mismo (Baleares, Valencia, sur de Francia, Aragón, Cataluña); son ardides y
trampas encubiertas.
Buenas palabritas que esconden verdaderas oscuras intenciones nada
positivas ni beneficiosas para estas autonomías al menos
político-territorialmente (además de social y culturalmente) en un largo plazo.
No creo que sea obligatorio crear euro-regiones ni éstas tienen tantas ventajas
como Maragall dice (ni siquiera económico-empresarialmente) -estando en una
Unión Europea que apuesta por una Constitución única globalizadora y por una
Europa de los Estados (países o naciones) en vez de una Europa de las Regiones
y Nacionalidades.
No es tan necesario, imprescindible o vital para los empresarios,
industriales, inversores, exportadores, agentes financieros y capitalistas
valencianos de las 3 provincias de nuestra autonomía, establecer esos vínculos
con esa euro-región que Maragall defiende y que además encabeza o tutela
Cataluña como promotora de la idea por mucho que Maragall intente negar que no
existe dominación, supremacía, o superioridad de Cataluña en dicho proyecto
respecto a los demás hipotéticos "socios". Se empieza por la
colaboración económica-empresarial, luego sigue la cultural mientras se va
abonando el terreno para acabar en la fusión-integración mediante la
subordinación de unos respecto a aquella.
Ahora no hay riesgo aparente, el peligro es posterior, una vez
afianzadas las cooperaciones financiero-industriales (porque las culturales ya
las padecemos) acabaremos por hablar como en Euskadi, de integración. Los
empresarios valencianos invierten su dinero (dada su tradición histórica de
expansión) donde les da la gana (que es por todo el mundo). Nuestra producción
o sea el PIB valenciano es lo suficientemente sólido y con amplias garantías
como para en base a las exportaciones establecer relaciones comerciales y
colaboración libres e independientes (sin sucursalismos ni dependencias o
subordinación alguna) con cualquier otra autonomía del Estado y sobre todo con
cualquier país-estado-nación tanto de Europa como de los 4 continentes
restantes; sin necesidad de crear o entrar a formar parte de una euro-región.
Proyecto éste que viniendo de quien viene (no olvidemos que los
valencianos en general desconfiamos en este tema) no merece credibilidad, ya
que quien lo propone junto a quienes le apoyan llevan mucho tiempo atentando en
connivencia o complicidad con algunos conciudadanos valencianos (también con
colaboracionistas baleares, aragoneses, provenzales y roselloneses) contra
nuestras cultura, lengua, literatura, historia, arte, folk, etc. autóctonas y
propias. O sea, contra nuestra identidad como pueblo. Contra nuestro "fet
diferencial valencià".
Estoy seguro que si hubiera sido al revés, Maragall se habría opuesto.
Ojo al dato. Antes que esa ambiciosa euro-región de Maragall existen otras
necesidades o proyectos totalmente inocuos e incluso más trascendentes que
éste. El arco mediterráneo desde Tarifa hasta el Golfo de León, los países
ribereños mediterráneos europeos y/africanos, entre otros proyectos
económico-empresariales que no necesitan euro-regiones basadas en autonomías de
antiguos territorios históricos y que no suponen politización ni pretensiones
anexionistas.
De hecho, resulta sospechoso y no es casual ni mera coincidencia el que
las autonomías que Maragall pretende encuadrar en esa euro-región hayan estado
todas bajo una misma unión política: la Corona de Aragón. No es fruto del azar.
¿Por qué no coge otros territorios ampliando así esa euro-región que no tuvieron
ese pasado común? Por ejemplo, si tan buena es la euro-región de Maragall, que
amplíe el proyecto a Murcia -antiguo reino luego incorporado a la otra corona,
la de Castilla... ¿Por qué a esos territorios concretos y no a otros? ¿Por qué
no reivindica Maragall toda la Corona de Aragón entera: Milanesado, Neustria,
Sicilia, Cerdeña, Córcega, Toscana, Nápoles... por el Mediterráneo? ¡Hasta
Jerusalén, cuyo título de rey de la misma han llevado nuestros monarcas! Porque
a Maragall y cómplices no le interesan otros territorios más que estos, los ya
esgrimidos por él: Baleares, Valencia, Aragón, Midi-Pyrenées (Rosellón y
Provenza)
Por ello, a la suma de todo esto durante años le han mal llamado
"països catalans". Y es que la lengua además de votos aporta fuerza
política y poder. Poder para ofender y agraviar a quienes no deseamos más que
lo mejor para nuestra tierra sin sumisiones ocultas. Ni valencianos, ni
aragoneses, ni baleares ni roselloneses ni provenzales necesitamos ninguna
euro-región por buena que nos la pinten y aún menos viniendo de quién viene.
Maragall, no juegue a ser lobo con piel de cordero... calle y déjenos en paz
para siempre.
Josep Esteve Rico Sogorb (Elche, Alicante)