"Ni el Poder ni la Gloria". Blog de Josep Esteve Rico Sogorb

Artículos de opinión e investigación sobre Historia, Lengua, Literatura, Arte, Cultura, Política, Sociedad, etcétera. La mayoría publicados en medios de comunicación en papel y digitales de todo ámbito territorial tanto en España como en el extranjero

lunes, 2 de abril de 2012

27-3-31: Fiesta de la Libertad

Hay fechas que caen en el olvido. Investigando "descubrí" una fiesta local de la ciudad de Elche relacionada con un importante personaje y su posterior desaparición. El próximo día 27 de marzo se cumplirían 78 años de la "Fiesta de la Libertad" (desarrollada en la II República y Guerra Civil) y que desapareció con el franquismo. Fue una celebración social, popular, festiva, alegre, obrera, gremial y sindicalista, creada por las sociedades obreras ilicitanas y en la que destacaron conferencias y discursos de los más brillantes oradores locales. Se creó en homenaje al médico, diputado republicano y maestro masón ilicitano D. Julio María López Orozco, de quien no se ha hecho la suficiente justicia en la memoria histórica por reconocerle sus méritos y rehabilitarle de las humillaciones sufridas en el franquismo.

El motivo de la creación de tal festividad resultó ser la puesta en libertad de López Orozco junto a otros 11 detenidos más (dirigentes republicanos, socialistas y sindicalistas, como Juan Hernández Rizo y Manuel Rodríguez, que fueron alcaldes en la República y Guerra Civil, aunque éste último fue el gobernador civil de Alicante cuando las tropas franquistas llegaron) tras unos meses de prisión a raíz de unos discursos públicos en apoyo a los fusilados por la sublevación de Jaca. Simplemente, por manifestar su opinión y su defensa hacia unas personas y ante unos hechos, con lo que se podía estar o no de acuerdo pero que no justificaba que fueran encarcelados. Orozco, (junto a los otros procesados ) fue liberado ante la presión popular. Se decretó una amnistía y a finales de febrero de 1931, (tras reabrirse la Casa del Pueblo y el Círculo Republicano, que habían sido clausurados por orden gubernativa a raíz de una revuelta en diciembre anterior) realizó su entrada apoteósica triunfal en la Plaza del Ayuntamiento ante más de 10.000 personas que aclamándole le siguieron hasta los juzgados, donde definitivamente se le puso en libertad (al igual que a los 11 camaradas).

La revuelta popular (que Gobierno Civil logró sofocar) y que derivó en prisión de López Orozco se debió en origen a una manifestación popular de más de 2000 personas por las calle de Elche que reclamaba la instauración de la República en las primeras horas de la mañana del día 15 de diciembre de 1930. Los manifestantes acudieron al domicilio de López Orozco (en el huerto de su nombre, D. Julio o de Manchón, actualmente una plaza pública en su memoria sita frente al hoy hotel Huerto del Cura) y sacándole en olor de multitudes le pidieron que fuera al frente, que llegara al Ayuntamiento y que proclamara la República junto a los anteriormente citados. Pero fue detenido y encarcelado (seguido de sus compañeros) en el Palacio de Altamira y posteriormente trasladado a la prisión provincial de Alicante, pasando a disposición judicial militar acusado injusta y paradójicamente de sedición (un supuesto delito militar cuando sus acciones fueron de carácter civil). Por todo ello, el 27 de marzo se declaró festivo por las sociedades obreras republicanas ilicitanas, bautizado como "Fiesta de la Libertad".

Una injusticia a unos idealistas que no se merecieron semejante trato, de los cuales, algunos, posteriormente, incluso intentaron detener a las hordas incendiarias (Orozco, Hernández, Rodriguez, junto al diputado socialista Ganga y al concejal comunista Alcalde, en compañía de varios dirigentes derechistas) en la puerta de la basílica ilicitana de Santa María aquel fatídico 20 de febrero de 1936 cuando la lamentable quema de iglesias. Detalle que años más tarde, a muchos de ellos les honró pero no les sirvió, pues fueron presos y ajusticiados por sus ideas a pesar de que algunos testigos de derechas intervinieron a favor en vano.

Posiblemente no fue ésta la única fiesta de tal índole en la España republicana. Seguramente hubo otros casos similares dignos de investigar, descubrir y contar para dejar testimonio a las próximas generaciones como digno ejemplo del altruismo idealista y de la censura o mordaza a la libertad de expresión. In memoriam.

Josep Esteve Rico Sogorb

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