"Ni el Poder ni la Gloria". Blog de Josep Esteve Rico Sogorb

Artículos de opinión e investigación sobre Historia, Lengua, Literatura, Arte, Cultura, Política, Sociedad, etcétera. La mayoría publicados en medios de comunicación en papel y digitales de todo ámbito territorial tanto en España como en el extranjero
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viernes, 9 de abril de 2021

 La pobreza y la Navidad.



Se acerca Navidad. Se aproximan días de consumo materialista. Serán, como todos los años, fechas de excesos para algunos y para otros, de carencias y necesidades. La mayoría vivirá las navidades en familia, entre celebraciones, cenas y regalos; con presupuesto notable, bienestar y confort. Si creíamos que la otra cara de la moneda -pobreza, insuficiencia, carencia, necesidad- es propia de países del marginal Tercer Mundo, estamos equivocados. No hace falta ir lejos para comprobar la miseria. Incluso en una sociedad de bienestar como la nuestra coexiste la pobreza de gravedad con la abundancia. Es precisamente en los entrañables días navideños -paradójicamente en torno a quien nació en un pobre pesebre y predicó la humildad, la caridad y la austeridad- mientras los corazones se nos abren o enternecen, cuando nos percatamos de la existencia de la cercana pobreza, pues durante el resto del año, embebidos en nuestros asuntos a ritmo de estrés, apenas la notamos.


Las cifras son demasiado serias y preocupantes. El 19,9 % de la población española vive por debajo del umbral de pobreza relativa -según el Instituto Nacional de Estadística (INE)- con 313 euros/mes. Por sexismo, la población femenina sale peor parada. El porcentaje de mujeres es del 20,8% y el de los hombres el 19%. Y las que trabajan, lo hacen en precariedad, con contratos basura y cobrando 17, 3% menos que los hombres. Las personas de 65 o más -sin contar mendigos-, niños y adolescentes menores de 16; viven por debajo de la pobreza relativa con un 29,6 % y un 24, 3% respectivamente. Tristemente esclarecedor. Extremadura (37%) y Andalucía (31,1%) son las autonomías más pobres. Madrid  (9,5%) y Euskadi (11,2%) las menos. Y por hogares, el 7% de las familias no se permite un coche y el 44% no puede pagarse unas vacaciones fuera de casa, ni siquiera de una semana. 


Por prioridades, cada hogar gasta 205 euros/mes en vivienda: alquiler, hipoteca, comunidad, agua, electricidad, gas y otros. En Ceuta y Melilla por el alto precio del suelo debido a su escasez, estos 205 euros/mes se convierten en el doble o triple para alquileres e hipotecas. El 60% de las familias españolas no llegan a fin de mes o llegan con dificultad. Más de la mitad de los hogares (el 55%, 8.179 de los 14.687 que existen) no recibe prestación social, sea pensión de jubilación, subsidio de desempleo o cualquier otra ayuda estatal. Hay familias con uno o dos hijos menores de 24 años a su cargo y sin trabajo que no pueden tener ordenador personal o coche. A este paso, las futuras generaciones le huirán a emanciparse -ya sucede- y formar familia: gasta menos (159 euros/mes) quien vive solo frente a las familias de dos progenitores y un hijo con 255 euros mensuales.


Me pregunto ¿cómo pasarán la Navidad estas personas? Los que más tienen, ¿contribuyen lo suficiente para reducir la pobreza? Nuestros políticos, ¿son totalmente conscientes y predican con ejemplo y aplican medidas? ¿El Estado del Bienestar se puede permitir tal contraste entre pobreza o carencia y abundancia o riqueza? ¿Nuestra economía será capaz de soportar largos años el calentamiento por culpa de excesivos sueldos de políticos, altos funcionarios a dedo y clases ejecutivas de toda índole? ¿Los jubilados verán peligrar sus pensiones? ¿Y los discapacitados? 


Por todo esto, la situación es dramática. Urge mucho por hacer contra la pobreza. Gobierno, autonomías, empresas, ONG, sindicatos, banca, ayuntamientos, confesiones religiosas, etcétera; deben ponerse a trabajar unitariamente para lograr reducir casi a la nada la actual miseria. Con seriedad y solidaridad. Ojalá la Navidad sirva para crear una gran alianza contra la pobreza entre poderosos. 'Paz a los Hombres de Buena Voluntad'. Por una Navidad austera, humilde, fraterna y solidaria. Social. Sin pobreza. Sin derroche.  


Por Josep Esteve Rico Sogorb

lunes, 2 de abril de 2012

Con mi voto no se juega, Señorías

La tecnología me ha jugado una mala pasada durante tres semanas en que he estado desconectado de internet y de la línea telefónica por el cambio o portabilidad entre operadoras. Mucho 'ha llovido' desde entonces. Finales de Liga, Champions y Copa del Rey -enhorabuena y felicidades a todos los 'culés' por ese 'triplete' merecido- asi como una campaña electoral movidita para los candidatos pero sin interés para la mayoría de los ciudadanos.
Y hablando de temas electorales. O de elecciones. El caso es que unos pocos 'afortunados' y de aquellos partidos y coaliciones que sobrepasen el mínimo de votos que exige la ley electoral, serán eurodiputados. Hasta aqui, nada que objetar o bien poco y casi nada a criticar, excepto que la normativa vigente necesita una reforma a fondo pues se ha quedado corta, apretadamente ceñida y obsoleta -listas abiertas, ¡ya!- como muchos analistas afirman. Pero ahora viene lo grave y serio.

Los eurodiputados que concluyeron esta pasada legislatura hace algo más de un mes venian cobrando unos tres mil cien euros al mes como asignación base. Muchos de ellos no renovarán escaño, otros serán elegidos por vez primera estrenando sillón y los menos, volverán a ser elegidos continuando en su escaño.

El Parlamento europeo aprobó una modificación 'salarial' en su reglamento interno para sus diputados a primeros de año. Asi, superficialmente, apenas llama la atención e incluso simula ser lógico, porque, si todo sube -nivel de vida, inflación, precios, sueldos, etcétera- como no va a sufrir un incremento el 'jornal' de sus euroseñorías. Y lo normal sería que tal subida fuera acorde con el porcentaje de aumento del índice de precios al consumo o IPC, que es la vara de medir que marca la pauta a seguir en la aplicación de las políticas salariales que también 'afectan' a los eurodiputados.

Pero si les digo que el incremento de la asignación mensual de los nuevos parlamentarios europeos surgidos de las urnas de este 7 de junio superará astronómica y exageradamente la friolera porcentual del 250 por cien, la cosa cambia y se pasa de castaño oscuro, sonando a tomadura de pelo y desfachatez o jeta en plena crisis económica con largas colas de parados y hambrientos en las sedes de Cáritas por ejemplo. Mucho morro, veo yo. Total, que gracias a nuestro voto, los 'elegidos' se embolsarán a partir de junio 7.765 euros al mes de sueldo base mínimo en vez de los 3.100 que cobraban hace dos meses los antecesores de la última legislatura parlamentaria europea.

Y hay más. Estos siete mil y pico euros son 'pelaos', el importe básico, mínimo. Si a ello unimos, portavocías, pluses y otros conceptos; la cantidad se eleva hasta los 13.000 euros mensuales, que algunos casos, por privilegios varios, pudrán llegar a los 17.000 euros al mes, o sea cada 30 ó 31 días, exceptuando febrero, pero aqui no se quitarían ningún piquito por tener 28 días. ¡Qué cara!
Así que, ¿crisis, para quien? Para ellos no. El Parlamento Europeo ya no se conforma con que sus diputados cobren menos y más razonable. Ni siquiera como en el Congreso y Senado de España, donde la mensualidad base es de 2.915 euros aproxidamente para los simples parlamentarios sin competencias ni portavocías. ¡Y eso que tales casi tres mil euros de las Cámaras españolas nos parecen excesivos! Pues comparando, son poca cosa, respecto al nuevo sueldazo de los eurodiputados. ¿Y quien se aprieta el cinturón? Ustedes y yo, amigos lectores. Pero ellos, qué va.
Parece que sólo servimos o únicamente les valemos para votar. Necesitan nuestros millones de votos para cobrarla individualmente esos mas de siete mil euros mensuales y mantener como mínimo el alto tren de vida ostentoso, la mayoría de ellos. Y sin embargo, al pueblo que le den...¡Con las criaturas que hay pasando hambre, necesidades y dificultades, no sólo en España sino en toda Europa, y sus euroseñorías no se privan, todo lo contrario! ¿Dónde está la justicia social?

Dan ganas de que los 50 millones de ciudadanos se 'planten' y digan ¡basta, hasta aqui hemos llegado! Dan ganas de una 'huelga ciudadana' contra el sistema, no contra unos politicos sino contra todos, pues todos, todos padecen esa 'enfermedad' llamada 'corrupción'. Un poco más de ética, por favor... Quisiera que los eurodiputados no se enriquezcan a costa de mi voto y del de millones de 'euroescépticos'. No, con mi voto no se juega.

Josep Esteve Rico Sogorb, 'José Sogorb'