"Ni el Poder ni la Gloria". Blog de Josep Esteve Rico Sogorb

Artículos de opinión e investigación sobre Historia, Lengua, Literatura, Arte, Cultura, Política, Sociedad, etcétera. La mayoría publicados en medios de comunicación en papel y digitales de todo ámbito territorial tanto en España como en el extranjero
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viernes, 9 de abril de 2021

 DÍAS DE JULIO



Esta reciente semana de julio se cumplieron varios aniversarios de acontecimientos históricos. La mayoría de los medios de comunicación recordaron que hace 40 años, el 16 de aquel mes de julio de 1969, el Hombre pisó la Luna por primera vez, según la versión oficial mayormente aceptada y difundida públicamente. Quizá, este recordatorio de la carrera del espacio haya oscurecido un tanto otras efemérides también importantes aunque dolorosas sobre todo para los españoles.

Julio, además de ser el séptimo mes del calendario, aparte de ser el mes de la llegada al satélite lunar y de los encierros sangrientos de los sanfermines pamploneses -este año sumamente trágicos y cuestionados- es el mes del cruel comienzo de la guerra civil española. Los días 16, 17 y 18 de julio de hace 73 años, resultaron cruciales y determinantes para la Historia, aquí en la ’piel de toro’.

Curiosamente, siete décadas y pico después, coinciden los numerales de esas fechas con los días. Aquel genérico y extensivo 18 de julio de 1936 en España cuando las tropas golpistas se sublevaron en la zona peninsular -instaurado posteriormente como fiesta nacional por la dictadura franquista- cayó sábado, igual que ahora. Aquel 16, inicio en Melilla de la rebelión o golpe militar que sus partidarios llamaron ’alzamiento’, fue jueves, como el de este año 2009. El día 17, cuando fue tomada Ceuta por los rebeldes, resultó viernes, como hoy.

Tres fechas históricas, dolorosas para muchos españoles defensores del régimen entonces establecido o ’vencidos’ y enaltecemente ’gloriosas’ para otros que después fueron los vencedores en el poder más de 40 años si bien de éstos, cada vez van quedando menos protagonistas y nostálgicos partidarios.

Analizar los por qué de la conspiración de una parte de la oficialidad militar en 1936 y de este golpe-alzamiento, resultaría largo y complejo, necesitando gran extensión de páginas.

No obstante, ello no es óbice para que dejemos de recordar la huella de Armstrong en la superficie lunar y nos acordemos -honrando eso si- de esos tres fatídicos días de julio, de aquellos 16,17 y 18 de 1936 con la intención de extraer la lección moral, cívico-social e histórica que nos permita superar el trauma que aquellos hechos aún encierran, curando viejas heridas y haciendo voto promesa o juramento de que jamás se repita algo similar en el futuro de España.

Pero la seria investigación, libre de prejuicios partidistas y el recuerdo de cómo se sucedieron los acontecimientos durante esos días de julio deberían servir para desmitificar aspectos, levantar falsedades y ajustar verdades como las creencias impuestas por el franquismo de que en las zonas protagonistas en aquellos 16, 17 y 18 de julio -Canarias, Melilla, Tetuán, Ceuta- no hubo reacción militar ni contraataque popular -cuando sí que se dieron intentos de rechazo y hasta una intentona fallida de atentado a Franco- contra los sublevados y mucho menos que no existieron represalias.

La quietud en las calles ceutíes, por ejemplo, demuestra que la población estaba atemorizada. Y esas más de 296 víctimas desde julio de 1936 hasta 1944 son la prueba de que las torturas, encarcelamientos, asesinatos, y fusilamientos por los rebeldes contra quienes no secundaron el golpe siendo leales al gobierno legal y legítimo del momento, fueron reales y verdaderas.

Julio me trae el recuerdo de unos días que nunca se han de repetir. Recordar para olvidar después. Recordar para perdonar y cerrar página para siempre. 

No más 16, 17 y 18 de julio. No más militares golpes de estado.

JOSEP ESTEVE RICO SOGORB

Escritor, poeta, blogger, columnista.

lunes, 2 de abril de 2012

Julio Festivo (San Pedro, San Jaime y Santa Ana)

En Elche, cuando los fuegos y las 'bañàs' de San Juan y de sus Hogueras del Raval ya se alejaban, surgieron nuevos ecos de fiesta. Y junio, cuando ya expiraba, enlazó con julio festivamente, en un fin de semana entre ambos meses mediante celebraciones en honor a San Pedro y San Pablo, si bien los ilicitanos recordamos más al primero que al segundo.

Las partidas rurales de Asprillas y Las Bayas desarrollaron diversas actividades dedicadas al apóstol conocido como el primer Papa, y se lo montaron pero que muy bien, vaya que si, estos ciudadanos agrarios ilicitanos: misas, exposiciones en el colegio de la zona, cenas de sobaquillo, acto público de reconocimiento a la entidad 'Amics de la Festa', teatro, pase de modelos de ropa, baile-verbena y castillo de fuegos artificiales. Todo completo y variado, resultando pues, muy concurrido y participativo. La asistencia a estos eventos en el campo essiempre numerosa y muy vivida.

Es sabido que, aproximadamente desde mayo, se hacen fiestas los fines de semana en las pedanías ilicitanas. Y es que en el campo de Elche hay un fuerte movimiento festero en sus 33 existentes partidas rurales. Alrededor de una veintena de comisiones de fiestas y asociaciones vecinales dan vida y fiesta al campo, agrupadas aquellas bajo su coordinadora llamada 'Unio de Festers del Camp d'Elx' que dia a dia va mejorando su gestión y ofreciendo buena imagen y buen quehacer.

Todos los fines de semana -hasta las Fiestas de Agosto- se llevan a cabo imposiciones de bandas y elecciones-coronaciones de Reinas y Damas de Honor de las comisiones de fiestas y de sus pedanías correspondientes. Actos donde se perciben elementos de ilicitania y valencianidad en estas fiestas, por ejemplo, en los trajes -locales pero parecidos a los de labrador valenciano- que coinciden en cuanto a chalecos, pantalones, faja, falda, tocado, moño, etcétera.

El campo ilicitano y sus celebraciones, son un valor a proteger y un signo de identidad, un vestigio de ilicitanismo y valencianía en una población de mayoría castellanohablante. Es la zona del término municipal donde se habla casi totalmente en valenciano y donde este permanece vivo lo menos impuro posible. Y esto, tiene su importancia.

Después de San Pedro y San Pablo, llegarán San Jaime y Santa Ana. Estas festividades se celebran en el campo ilicitano y también en las playas del término, en las que a pesar de ser laborable me dicen, muchos ilicitanos disfrutarán 'a la vora del mar'. Y es que julio es un mes muy festivo. No en vano es la antesala de agosto, el mes festero por antonomasia.

Josep Esteve Rico Sogorb

Días de Julio

Esta reciente semana de julio se cumplieron varios aniversarios de acontecimientos históricos. La mayoría de los medios de comunicación recordaron que hace 40 años, el 16 de aquel mes de julio de 1969, el Hombre pisó la Luna por primera vez, según la versión oficial mayormente aceptada y difundida públicamente. Quizá, este recordatorio de la carrera del espacio haya oscurecido un tanto otras efemérides también importantes aunque dolorosas sobre todo para los españoles.
Julio, además de ser el séptimo mes del calendario, aparte de ser el mes de la llegada al satélite lunar y de los encierros sangrientos de los sanfermines pamploneses -este año sumamente trágicos y cuestionados- es el mes del cruel comienzo de la guerra civil española. Los días 16, 17 y 18 de julio de hace 73 años, resultaron cruciales y determinantes para la Historia, aquí en la 'piel de toro'.

Curiosamente, siete décadas y pico después, coinciden los numerales de esas fechas con los días. Aquel genérico y extensivo 18 de julio de 1936 en España cuando las tropas golpistas se sublevaron en la zona peninsular -instaurado posteriormente como fiesta nacional por la dictadura franquista- cayó sábado, igual que ahora. Aquel 16, inicio en Melilla de la rebelión o golpe militar que sus partidarios llamaron 'alzamiento', fue jueves, como el de este año 2009. El día 17, cuando fue tomada Ceuta por los rebeldes, resultó viernes, como hoy.

Tres fechas históricas, dolorosas para muchos españoles defensores del régimen entonces establecido o 'vencidos' y enaltecemente 'gloriosas' para otros que después fueron los vencedores en el poder más de 40 años si bien de éstos, cada vez van quedando menos protagonistas y nostálgicos partidarios.

Analizar los por qué de la conspiración de una parte de la oficialidad militar en 1936 y de este golpe-alzamiento, resultaría largo y complejo, necesitando gran extensión de páginas.
No obstante, ello no es óbice para que dejemos de recordar la huella de Armstrong en la superficie lunar y nos acordemos -honrando eso si- de esos tres fatídicos días de julio, de aquellos 16,17 y 18 de 1936 con la intención de extraer la lección moral, cívico-social e histórica que nos permita superar el trauma que aquellos hechos aún encierran, curando viejas heridas y haciendo voto promesa o juramento de que jamás se repita algo similar en el futuro de España.

Pero la seria investigación, libre de prejuicios partidistas y el recuerdo de cómo se sucedieron los acontecimientos durante esos días de julio deberían servir para desmitificar aspectos, levantar falsedades y ajustar verdades como las creencias impuestas por el franquismo de que en las zonas protagonistas en aquellos 16, 17 y 18 de julio -Canarias, Melilla, Tetuán, Ceuta- no hubo reacción militar ni contraataque popular -cuando sí que se dieron intentos de rechazo y hasta una intentona fallida de atentado a Franco- contra los sublevados y mucho menos que no existieron represalias.

La quietud en las calles ceutíes, por ejemplo, demuestra que la población estaba atemorizada. Y esas más de 296 víctimas desde julio de 1936 hasta 1944 son la prueba de que las torturas, encarcelamientos, asesinatos, y fusilamientos por los rebeldes contra quienes no secundaron el golpe siendo leales al gobierno legal y legítimo del momento, fueron reales y verdaderas.

Julio me trae el recuerdo de unos días que nunca se han de repetir. Recordar para olvidar después. Recordar para perdonar y cerrar página para siempre.

No más 16, 17 y 18 de julio. No más militares golpes de estado.

Por Josep Esteve Rico Sogorb ('José Sogorb')