Descansa en paz, Isaías Carrasco, compañero y demócrata. Hoy, en
estos días tan cercanos a las recientes elecciones y a tu vil asesinato,
como con cualquiera de las anteriores víctimas, todos somos un poco tú,
todos somos un poco Isaías.
Por unos días, estaremos hablando de tí porque éstas han sido unas
elecciones manchadas de sangre. ETA volvió a sacudir los cimientos de la
Democracia y del Estado de Derecho asestando un duro golpe bajo a la
convivencia y a la soberanía popular, a los ciudadanos.
ETA se manchó de sangre inocente con el agravante de que lo hizo a
unas horas de concluir la campaña electoral, a poco de la jornada de
reflexión y a dos días de las elecciones. Algo sumamente peligroso y con
profundo significado socio-político y que esperemos no traiga negativas
consecuencias sino todo lo contrario: la anhelada unidad de todos los
partidos y políticos democrátas frente al terrorismo de ETA, mayormente
entre el próximo nuevo Gobierno y la Oposición.
Se lucieron los etarras. Si quisieron cargarse o interrumpir la
campaña electoral, lo lograron...en parte. Si desearon que el atentado y
la muerte de Isaías empañaran la campaña y las elecciones, lo
consigueron...en parte...pero no pudieron ahogar la voz del pueblo que
mayoritariamente dió con su masivo voto una lección pacífica a favor de
la paz y contra el terrorismo hasta el punto de 'castigar'
electoralmente a quienes apoyan y encubren a ETA y al independentismo
pro-etarra.
Las elecciones generales del 2008 serán recordadas lamentablemente
por este atentado. ETA dejó su 'regalito' o su macabro 'recuerdo' quizá
en venganza ante las reiteradas negativas a negociar y a dialogar que
durante la campaña electoral han lanzado los dos principales candidatos
Zapatero y Rajoy y sus respectivos partidos, PSOE y PP.
Zapatero reflexionó y por ello endureció su postura. Si intentó
lograr la paz mediante el diálogo tomando como modelo el caso irlandés
del IRA, -fue legítimo y tuvo derecho a intentarlo aunque quizá pecó de
idealista y de moderado- aprendió la lección, se mantuvo firme sin
ceder, sin negociar.
Rajoy siempre defendió la no negociación y el no diálogo con ETA,
por eso es de esperar que no varíe su posición. Dos legítimos modos de
ver el problema. Afortunadamente, ambos, en este caso, sí que
coincidieron y fue positiva esa unidad de acción conjunta que se vió en
el funeral de Isaías Carrasco. Una unidad que no deberá romperse nunca
más.
Resultó de lástima y de pena que una víctima 'reconciliara' en
materia de lucha contra el terrorismo etarra a los dos principales
líderes políticos nacionales, especialmente, tras una legislatura de
ruptura de consenso en este importante tema por muchas razones que
justificaran la desunión entre las correspondientes políticas
anti-terroristas de Zapatero y Rajoy.
Que tuviera que morir alguien para que nuestros líderes se unieran
contra este cáncer que hace peligrar la Democracia, fue para llorar. De
pena, de rabia, de indignación. Que a consecuencia de una muerte
decidieran ir juntos en esta guerra contra ETA, suena ahora frívolo e
hipócrita. Se merecen un tirón de orejas y un acto público de contrición
y de 'mea culpa' por estar tanto tiempo desunidos.
A pesar de ésto, me tranquiliza que Zapatero, la noche de las
elecciones, tras saberse ganador, asegurara que esta nueva legislatura
será distinta a la anterior, que huirá de la crispación y que buscará un
pacto de estado amplio y mayoritario en temas de interés general y
ámbito nacional.
Esta alusión, en clave, encierra el significado de referirse a la
lucha contra el terrorismo como ejemplo más claro y evidente. Eso espera
la mayoría del pueblo espoñol pues para ello les ha votado a ambos,
como en un clamor o deseo de que el Gobierno y el principal partido de
la Oposición, por fin se entiendan, de que vayan unidos de la mano sin
fisuras ni discrepancias en este tema y en aquellos que sea necesario
por el bien del Estado y de los ciudanos.
En absoluto les culpo del atentado. No tuvieron culpa del asesinato
de Isaías pero sí de que el consenso en política anti-terrorista no
existiera en esta legislatura y ambos tendrán sus respectivas
responsabilidades y culpabilidades en ello, de las que deberán
reflexionar y extraer moralejas para repetir dicha ruptura de unidad de
acción contra ETA.
Con más razón ahora, a tenor de los resultados electorales. Entre
Zapatero y Rajoy hay seis puntos porcentuales y 16 escaños, una reducida
diferencia bastante equilibrada y nada abismal. Los dos principales
partidos han incrementado su fuerza, sus votos y sus escaños. Han ganado
votantes -sobre todo el PSOE- provenientes de la izquierda e incluso de
la extrema izquierda y del nacionalismo radical pero en general, la
inmensa mayoría de sus votantes no son independentistas ni apoyan a ETA.
Le lección que el grupo armado debería hacer de estas elecciones es
que, si suma los votos y los escaños de PSOE y PP juntos, da como
resultado una amplísima y abrumadora mayoría del pueblo español que se
declara demócrata, anti-independentista y anti-ETA. Trasladado o
aplicado este ejemplo electoral a un hipotético referéndum en Euskadi
y/o en el resto de España, ETA y sus cómplices políticos perderian en
las urnas.
Isaías, conciudadano, compañero, camarada...amigo. Que tu muerte no
haya sido en vano por la Unidad y el Consenso contra ETA. Por la Paz y
la Democracia.
Por Josep Esteve Rico Sogorb