Y Franco quiso ser masón | ||
Josep Esteve Rico | ||
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La noticia resulta significativa y pese a su escaso texto es importante por diversos motivos. Principalmente, como descubrimiento o hallazgo, porque no es habitualmente diario o cotidiano que aparezcan cosas ocultas de las que no se tenía noticia de su existencia. Seguidamente, por el lugar, la ciudad de Ceuta, con lo que ello conlleva de publicidad gratuita, dando pie a variadas opiniones y comentarios de toda clase. Y en último orden, porque el objeto del hallazgo es un libro. Un libro escrito nada más y menos que por el mismísimo dictador, el General Franco. Y lo más sorprendente aún es, precisamente, el tema del susodicho ejemplar: "La Masonería". Aparte de inédito, o al menos, no comercializado y oculto, la obra tiene su trascendencia por su rareza motivada al tratarse de este personaje, admirado por unos pocos aunque denostado por la mayoría pero cuya figura es materia para historiadores. Los descubridores e investigadores conceden la autoría del libro e incluso su prólogo al propio Franco atribuyéndole el seudónimo "Jakin Boor" y reconocen que el contenido de la obra coincide con los 49 artículos periodísticos que sobre la sociedad masónica escribió y publicó en el diario falangista "Arriba" entre 1946 y 1951. Cotejando las páginas del libro con los mencionados artículos de prensa, los textos son los mismos. Es curioso y anecdótico (aunque no debe sorprendernos, sabiendo que fueron aliados) que en el libro, Franco, al margen de la masonería, alude a los dictadores Hitler y Mussolini y a sus tesis o teorías. Supongo que se permitiría opinar o quizá valorarlas a modo de ensayo. No hay dudas de que el libro es del propio Franco. La noticia, en los medios de comunicación, sólo ha mostrado un párrafo muy puntilloso del prólogo en el que el dictador defiende su obra enfatizando que ésta "nace como una necesidad viva, pues son muchos los españoles que, dentro y fuera del país, anhelan conocer la verdad y el alcance de una de las cuestiones más apasionantes, pero a la propia vez, poco conocidas de nuestro tiempo: la de la masonería". Tengo curiosidad por saber el contenido total del libro, las opiniones y argumentos, la explicaciones sobre la Masonería de aquel que iba bajo palio y que se hacía llamar "Generalísimo por la Gracia de Dios", porque estoy seguro que deja en muy mal lugar a una sociedad filosófico-humanista que desde la Revolución Francesa ha aportado ideas y dado prohombres que han cambiado la Historia. No es de extrañar, porque somos muchos los investigadores que defendemos el anhelo de Franco de pertenecer a la Masonería. Un interés, movido por pensamientos de poder, y que llevó al dictador en sus primeros tiempos de presencia en África a desear entrar en ella hasta el punto de solicitar su ingreso y todo, porque comprobó que la inmensa mayoría de los militares de alta graduación llamados "africanistas" pertenecían a las logias masónicas del antiguo protectorado: las de Larache y Tetuán. Pero paradójicamente, la solicitud de ingreso de Franco en estas logias, fue rechazada por la más alta instancia de la Masonería o Gran Oriente Español, al parecer porque su persona despertaba recelos al considerarle "dudoso" por no dar el perfil idóneo, o sea, carecer de los básicos humanistas y masónicos principios fraternos, igualitarios y libertarios. Otros autores aseguran que el padre y el hermano de Franco fueron masones y republicanos declarados y ya desde su primera juventud en la Galicia natal, el futuro dictador quiso ingresar en la Masonería, siendo rechazado. Al parecer, fue desestimado en varias ocasiones hasta que ante tanto rechazo, y siendo ya general, cambió rotundamente su opinión sobre la Masonería y pasó, de simpatizar con ella a criticarla, condenarla y perseguirla. Y así fue. Franco se inventó lo de la "Conspiración Judeo-Masónica" metiendo a judíos y masones en el mismo saco cuando no tienen nada que ver o bien poco. Sus razones tendrían las altas instancias masónicas españolas para rechazar a Franco. Algo le verían entonces. Suena a venganza, a revancha. A despecho. Y Franco se cebó con los masones. Expropiaciones, encarcelamientos y fusilamientos. Una joya literaria e histórica, ese libro del tal "Jakin Boor". Aunque no sea su autor santo de mi devoción. ¿Cuándo conoceremos su texto íntegro, que imagino hostil? Me corroe la curiosidad. Josep Esteve Rico Sogorb |
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"Ni el Poder ni la Gloria". Blog de Josep Esteve Rico Sogorb
viernes, 9 de abril de 2021
Las violencias en la sociedad
Josep Esteve Rico Sogorb
En la
actual situación de cualquier violencia y más en la doméstica o de género
—habría que globalizar de forma integral aludiendo al plural «géneros»
incluyendo a la minoritaria violencia contra el hombre— se ha encendido la
alarma. La luz roja indica que algo muy grave sucede.
Cuando
hemos arribado a tal extremo, es que algo no va bien en esta monstruosa y
hostil sociedad cuya «salud» psíquica parece no estar muy cuerda que digamos.
Hemos pasado brusca y radicalmente de la antaño ausencia de casos porque se
callaban y ocultaban, a la actual masificación de delitos —incluyendo muertes—
y denuncias.
Perjudicial fue lo de antes y
perjudicial es lo de hoy. Y tan «enferma» estuvo la sociedad del pasado siglo
como lo está nuestra sociedad. Sociedad hostil y exageradamente competitiva que
genera violencia per se.
Violencia verbal, física, moral, medioambiental, psicológica que se manifiesta
en todos los sectores y en todos los lugares del mundo.
En los
deportes, en las aulas, en los hogares, en las calles, en las empresas, en
foros políticos, en Internet; por doquier. Entre niños y entre adultos. Entre
sexos. Contra animales. Y contra todo. Fiel reflejo en la sociedad, de la
imperfección, de la degradación ético-moral del ser humano.
Quizá ya
no sirva la colectividad, lo social. Tal vez cabría cultivar el individualismo
desde un nuevo humanismo donde se busque la superación y el crecimiento de la
persona, del ser.
Es
urgente y necesario que políticos, gobernantes, profesionales, expertos,
fuerzas de seguridad, legisladores, víctimas y agresores; se sienten todos
juntos una vez más para analizar la situación actual y poner freno a la
masificada violencia de género y de géneros.
Porque,
una sociedad destacadamente violenta es signo de pobreza moral, no encara
adecuadamente su futuro, camina hacia su autodestructiva degradación y supone
una negativa herencia a sus próximas generaciones.
De todo
el Estado Español, Canarias, Ceuta y Melilla son las más afectadas. El problema
no les es ajeno ni extraño. Por desgracia Ceuta lidera el ranking estatal de
delitos por violencia sexual con 45 casos, suponiendo el 85 por ciento de la
totalidad. Sus juzgados están saturados de denuncias por violencia doméstica y
sus comisarías tienen demasiado trabajo. Aunque insuficiente pero necesario, el
reciente convenio Colegio Abogados-Consejería Bienestar Social con la
aplicación de medidas urgentes, es un paso adelante.
En el
resto de España también han aumentado aunque quizá en menor nivel, toda clase
de violencias, siguiendo la tónica general. Al parecer, el exagerado aumento de
las violencias está relacionado con la incultura, con la delincuencia, con la
inmigración ilegal, con los barrios marginales y pobres. Esto no justifica el
racismo ni la xenofobia, ni todos los inmigrantes son violentos ni
delincuentes. Es cierto que se dan casos —aunque minoritarios— en el sector de
la población no marginal, con estudios y medios económicos.
Habría
que hacer profundos estudios sociológicos de toda la población española
pormenorizados y detallados por zonas, para descubrir qué factores generan la
violencia y por qué ésta se desata tan exageradamente y así poder aplicar
soluciones adecuadas.
Pero
tenemos un debate sobre las consecuencias de la ley de Violencia de Género
entre afectados —de ambos sexos y variadas edades— técnicos, especialistas
profesionales, políticos y administraciones públicas. Parece que unas partes
implicadas demandan una ley integral —consideran insuficiente y parcial la
actual legislación— y otras, las minoritarias —violencia contra el hombre— en
lugar de globalizar, piden que su caso sea reconocido mediante una norma específica
o como mínimo dentro de una nueva ley integral que recoja todos los casos y
ampare a ambos sexos.
Sea lo
que sea, deberían ponerse de acuerdo. Todas las violencias, las mayoritarias y
las minoritarias deben estar recogidas en el texto de una nueva ley general e
integradora, sin discriminaciones.
El tema,
muy importante, así lo requiere. Estamos ante un mal a erradicar en pleno siglo
XXI. Un mal tan importante como lo son el sida, el paro o el terrorismo.